La OMS recomienda una lactancia materna exclusiva por lo menos en los primeros 6 meses de vida y México está haciendo grandes esfuerzos para incrementar la tasa de lactancia materna exclusiva de un 14% a 30% en el último año. 

El problema del abandono de la lactancia es multifactorial. En la ENSANUT 2012 se obtuvo información de las razones por las cuales las madres de niños menores de 24 meses nunca amamantaron a sus bebés.

La principal razón que dieron las madres fue la sensación de no tener leche o que el bebé no se llenaba (37.4%), enfermedad de la madre (13.7) o que el hijo no quiso el pecho (11.4%). Razones fisiológicas o psicológicas para ello. Sin embargo, una razón importante que también se mencionó es el regreso al trabajo o a la escuela que influye en la decisión de la madre en el tipo de lactancia que ofrecerán (exclusiva, mixta o con fórmula láctea).

¿Y qué pasa cuando hay testimonios como el siguiente?:

“Soy Laura Mendoza, tengo hipoplasia mamaria, hipogalactia real.

Me parece que así debo presentarme a los conocidos y a los que no, porque yo, como muchas otras cometí el error de opinar antes de ser mamá. Defendía que TODAS las mamás tienen suficiente leche, que todas las mamás pueden alimentar a sus hijos, que lo que hace falta es querer, asesoría, informarse, yo que entraba a la farmacia y criticaba el estante lleno de latas de formula a tal fácil acceso… Aun creo que todas las mamás tienen leche, pero ya no creo más que todas podemos alimentar a nuestros hijos, Yo que tuve hasta tres asesoras de lactancia, que me informe y leí y me documente del tema hasta casi ser lactivista, yo que fui antes y después a la liga de la leche. Para mí no valió todo eso, porque soy de ese minoritario grupo que existe de mamás que NO tenemos suficiente leche (¡Que especial que soy!).

The New York Times publicó en días pasados un artículo titulado: What to Say When Someone Asks Why You Aren’t Breast-Feeding: Qué decir cuando alguien te pregunta porqué tú no amamantas

Dicho artículo refleja como cuando la madre confiesa que no está amamantando o que decidió no hacerlo, se siente juzgada, se autocritica y se siente insegura ante su capacidad de ser madre.

Antes del nacimiento del bebé es conveniente que la mamá platique con su médico sobre la decisión del tipo de lactancia que llevará.

En caso de que quiera y pueda amamantar al bebé, el médico y el resto del equipo de salud, deben educar sobre la forma de amamantar, frecuencia, cuidado de los senos y el pezón, y una información clara y suficiente sobre los múltiples beneficios de la lactancia materna. Si después de eso, la mamá no va a amamantar al bebé, habrá que orientar sobre la mejor alternativa de nutrición, inclusive el proponer una lactancia mixta en el caso de las mujeres que trabajan, así como las técnicas de higiene, preparación y conservación de las fórmulas infantiles, pero también se debería tener una actitud de empatía que no genere más sensación de culpa que afecte realmente al binomio madre-hijo del que tanto hablamos.

Habrá que continuar trabajando, educando y revisando los diferentes puntos de vista y por lo pronto podemos observar que todavía hay un largo camino por recorrer.