Una gran cantidad de personas con cáncer tienden a experimentar depresión antes, durante o después del tratamiento del cáncer. La depresión puede estar relacionada con el cáncer o por sus efectos secundarios, pero los episodios pueden ser temporales o prolongados y graves. Por lo que hoy te presentamos una Guía de Práctica Clínica sobre el Manejo de la Depresión en pacientes con cáncer
Sobre la depresión
La depresión es un tipo de trastorno del estado de ánimo que dificulta afrontar el tratamiento contra el cáncer y afectá la capacidad para realizar las tareas diarias con facilidad, lo que puede generar mucha angustia emocional. Los episodios de depresión pueden hacer que toda la experiencia del paciente con el cáncer sea más difícil.
Signos de depresión temporales o prolongados en pacientes con cáncer:
1. Los cambios relacionados con el estado de ánimo que se observan en pacientes con cáncer son: Sentirse deprimido, irritado, desesperanzado, inquieto, irritado, triste e incluso sin valor. Uno tendrá cambios de humor.
2. Los problemas de comportamiento pueden ser: llanto sin motivo particular, soledad, pérdida de interés en las actividades diarias e incluso en las cosas que uno disfruta y frustración.
3. Los signos cognitivos a tener en cuenta son problemas para concentrarse, problemas de memoria, negatividad, sueño insuficiente, falta de apetito e incapacidad para tomar decisiones concretas.
4. Otras señales de alerta son sentirse vacío por dentro, culpa, pérdida o aumento de peso y cansancio.
Guía de Práctica Clínica sobre el Manejo de la Depresión en pacientes con cáncer
Como reacción inicial al diagnóstico DE CÁNCER son habituales sentimientos de incomprensión, impotencia y dificultad de aceptación en el paciente. El diagnóstico suele ir asociado a un sentimiento de frustración, que genera conflictos familiares y dificultades en la convivencia y existe una dificultad en lograr iniciar el proceso terapéutico.
Todos estos factores afectan psicológicamente y de forma importante tanto al propio paciente como al familiar/cuidador. Las demandas más importantes en este punto del proceso terapéutico tienen que ver con las sensibilidad de los profesionales, el tiempo que se presta atención a los pacientes, la ausencia de información apropiada sobre el trastorno, las pautas a seguir y su manejo clínico.
En cuanto al tratamiento farmacológico, se destacan aspectos negativos (dependencia, efectos secundarios, sedación, entre otros) y positivos (disminuye la ansiedad, mejora la calidad del sueño, reduce las ideas negativas) y, aunque se considera crucial sobre todo en la fase aguda y parte importante en el curso y recuperación, se percibe una falta impor tante de información.
La psicoterapia en general se valora de forma muy positiva, y entre sus ventajas se destaca su papel terapéutico, la oportunidad de poder hablar y buscar formas de enfrentarse a la situación. No se destacan aspectos negativos, aunque no se considera el tratamiento idóneo para todas las personas y se pone de manifiesto que su eficacia depende de factores relacionados con los profesionales, como la capacidad y empatía.
Seguimiento del paciente
El seguimiento se percibe como una parte clave del proceso, y sin embargo una de las
más deficitarias. Tanto pacientes como familiares consideran que el seguimiento debiera
ser más estrecho y servir para adecuar las estrategias terapéuticas. Además destaca la percepción de falta de coordinación entre los niveles asistenciales.
Algunos participantes destacan el papel de la atención privada, pero no se percibe como de mejor calidad, sino como una alternativa cuando la atención en el sistema público es deficiente.
Se destaca el papel de las asociaciones en la ayuda a los pacientes con trastornos mentales y específicamente a los pacientes con depresión, sobre todo cuando existen otros problemas asociados o patologías comórbidas.
En cuanto a la valoración general de los profesionales implicados en el manejo de la depresión, algunas aportaciones realizadas fueron que algunos psiquiatras se implican poco en el tratamiento y que su papel se ciñe a la prescripción de fármacos. Sobre el papel del psicólogo se subraya su aportación como guía, a través de pautas concretas, y se advierte cierto déficit en cuanto al volumen de profesionales en el sistema.
Los médicos de atención primaria son considerados un pilar fundamental, aunque algunos pacientes se sienten más cómodos con la derivación a atención especializada cuando es necesario tratamiento.
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