Según la definición del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, el Trastorno del Espectro Autista se describe como un déficit en el desarrollo neurológico de las personas. En general, el autismo es detectado a edades tempranas debido a posibles anormalidades en el desarrollo social, emocional y comunicacional de los niños.
Es normal que los pacientes diagnosticados con TEA asisten frecuentemente al médico durante su vida. En algún momento, tal vez te puede tocar a ti atender a uno de ellos.
A pesar de que, en la mayoría de las casos, los pacientes TEA se suelen comportar de forma regular, su condición puede inducirles reacciones extrañas o desproporcionadas a algunos estímulos y situaciones. Esto puede hacer que una consulta médica de rutina resulte más complicada de lo habitual.
Debido a su importancia, nuestro equipo editorial ha creado una lista con una serie de consejos que encontrarás muy útiles, si alguna vez te toca atender a un paciente autista en tu consultorio.
Debes ser muy, muy claro
Cuando te comunicas con un paciente TEA, bien sea niño o adulto, debes asegurarte de que estás siendo absolutamente claro en tus explicaciones. También debes hacerlas lo más sencillas posibles para evitar confusiones.
No se trata de que no puedan comprender lo que dices, es que su forma de percibir los mensajes es diferente a la del resto de las personas. A veces, es absolutamente literal. Por eso, cuando hablas con un paciente autista para informarle sobre su condición y recetar un tratamiento, debes ser absolutamente claro con las instrucciones.
Por ejemplo, si les recetas una medicina, ten cuidado de explicar a detalle la forma correcta de tomarla y no des nada por sentado, explica cada detalle.
Los cambios de rutina
Las personas con TEA son muy rutinarias, por lo que podrían reaccionar mal ante la imposición de cambios bruscos en sus actividades diarias.
Si el tratamiento que debes recetar a un paciente TEA, implica un cambio fuerte en su rutina, es recomendable que busques una forma de hacerlo progresivamente. En esta etapa es muy importante que puedas contar con el apoyo de sus familiares más cercanos.
Garantiza tranquilidad
La mayoría de los pacientes con trastorno autista tienen mucha dificultad para concentrarse, por lo que, cuando sea la hora de atenderlo en tu consultorio, debes garantizar que no habrá interrupciones de ningún tipo.
La más mínima perturbación en el ambiente podría ocasionar que pierdas por completo la atención y la disposición del paciente.
No lo hagas esperar
Debido a la alteración de las percepciones sensoriales, el tiempo de espera en una sala para un autista puede ser terrible.
Si quieres conseguir que tu paciente TEA esté en la mejor disposición para su consulta, busca una forma de que llegue justo a la hora reservada para su cita, y que pueda pasar al consultorio con el menor tiempo de espera posible.
Apoyo visual
Puedes estimular el uso de apoyos visuales para el cumplimiento de recomendaciones médicas o toma de fármacos. Por ejemplo, es una buena idea diseñar una pizarra con horarios para cada acción; puedes revisar la pizarra con tu paciente en cada consulta de control.