En días recientes, la revista Animal Político reportó que entre enero de 2007 y julio de 2016 elementos del ejército han sostenido 3 mil 842 enfrentamientos con la delincuencia organizada, periodo en el que 91 militares fueron diagnosticados con ansiedad y 214 con depresión.
Desde que el gobierno federal iniciara la “Guerra contra el narcotráfico” en diciembre de 2006 bajo el mandato del entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, los titulares de hechos violentos en los que los protagonistas son los ajustes de cuentas, enfrentamientos entre grupos armados y los llamados “efectos colaterales” donde civiles resultan lesionados, han acaparado a los medios de comunicación, pero poco se habla del impacto en la salud mental de los directamente involucrados, como lo hizo en esta ocasión la publicación mexicana.
Sobre la violencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que “está tan presente, que se la percibe a menudo como un componente ineludible de la condición humana, un hecho ineluctable ante el que hemos de reaccionar en lugar de prevenirlo”.
Al respecto, la revista rescató reportes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que señalan que en esta década de guerra contra el crimen organizado más de 300 militares han sido diagnosticados con depresión y ansiedad, y 8 se han suicidado.
El Ejército Mexicano, considerado por muchos años una fuerza de salvamento, más que de ataque, vio el mayor número de militares diagnosticados con depresión y ansiedad en 2007 (73 casos, señala la publicación), un año después de que saliera a las calles para combatir a los cárteles de drogas… ¿Coincidencia?
Aunque en estos años Sedena sólo ha reportado un caso de suicidio relacionado con depresión, en los siete restantes la Secretaría no especificó si existían antecedentes de padecimientos mentales.
Pese a que la Sedena implementa campañas de salud mental, actividades deportivas, culturales y busca prevenir adicciones, otro punto crítico expuesto por el medio es que, a pesar de que la OMS recomienda 9 psiquiatras por cada mil habitantes, la Secretaría tiene apenas a 33 especialistas para cerca de 800 militares en función y jubilados, sumados a sus derechohabientes.
Ante este contexto, cabe recordar las reflexiones de la OMS sobre la violencia:
Suele considerarse, además, una cuestión de ‘ley y orden’ en la que el papel de los profesionales de la salud se limita a tratar las consecuencias. Pero estos supuestos están cambiando, gracias al éxito de fórmulas de salud pública aplicadas a otros problemas sanitarios de origen medioambiental o relacionados con el comportamiento.
Quizás por ello, en mayo de este año las Fuerzas Armadas organizaron por primera vez un Curso de Salud Mental que buscaba prevenir los trastornos mentales y de la conducta entre militares, sin embargo, la violencia generada por la “Guerra contra el narcotráfico” sigue azotando al país, mientras el organismo de Naciones Unidas dice que el objetivo es “prevenir y combatir las raíces de la violencia”.