Dentro del sector salud existen innumerables ejemplos de amabilidad y bondad. Hay pacientes que, año con año, mandan tarjetas de agradecimiento al hospital que los salvó. Otros deciden tatuarse el rostro de su doctor después de situaciones de vida o muerte. También existen historias de donaciones millonarias a centros médicos y enfermeras valientes y destacados en su deber.
Una historia más se suma a esta virtuosa lista. De acuerdo con CNN, enfermeras del Hospital Infantil Mercy han hecho una considerable donación. El dinero, 10 mil dólares ganados en la lotería, ahora irán a dos de sus compañeras. Así, ellas podrán enfrentar con más facilidad los tiempos difíciles que las han atacado en los últimos meses.
Enfermeras solidarias ante el cáncer y el suicidio
Por años, las enfermeras del Hospital reunían algo de dinero. Después, compran varios boletos para la lotería Mega Millones. A pesar de ser una vieja tradición, el grupo jamás había tenido tanto éxito. El mes pasado, las profesionistas de la salud ganaron uno de los premios, 10 mil dólares en efectivo. Pero en lugar de repartirlo equitativamente, se lo dieron íntegramente a dos compañeras.
Stephanie Brinkman, la organizadora de esta tradición, afirma que se trataba de una actividad divertida para reducir el estrés del trabajo. Cuando descubrieron que tenían un boleto ganador, las enfermeras se emocionaron. Sin embargo, poco después se enteraron que el hijo de 17 años de una de ellas cometió suicidio horas antes.
Tras una corta conversación, las enfermeras decidieron renunciar a sus ganancias. La mitad del dinero iría a la compañera que acababa de perder a su hijo. El resto, sería para otra persona del grupo que también pasaba por momentos difíciles. Específicamente, su esposo había sido diagnosticado de cáncer a principios del año.
La donación de las enfermeras ya comenzó a utilizarse para bien. Gretchen Post, la especialista que perdió a su hijo, aseguró que el dinero sería usado para pagar el funeral. Comentó que su hijo tenía la intención de convertirse en psiquiatra antes de quitarse la vida. Casey Orellana, la neonatóloga cuyo esposo combate el cáncer, no confirmó en qué exactamente se utilizaría su parte del premio.
