La actual situación sanitaria en la República Democrática del Congo es una de las más preocupantes en todo el mundo. Desde hace poco más de un año enfrenta uno de los brotes más peligrosos de ébola del mundo. Inclusive algunos especialistas ya consideran que se trata del segundo más mortal de la historia. Aunque lo peor es el problema todavía parece estar lejos de ser controlado.
Además de la pobreza extrema, otro factor que impide ofrecer ayuda internacional al país africano es la violencia constante por la que atraviesa. El caso más reciente se presentó esta semana cuando un grupo armado atacó un centro sanitario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la ciudad de Biakato.
Problema sin solución
De acuerdo con la información oficial, la agresión derivó en la muerte de cuatro profesionales de la salud que laboraban en el lugar. Con esto se ejemplifica el por qué es tan complicado poder contener el brote de ébola en el Congo. Los ataques se han intensificado durante los últimos meses, lo que ha impactado en el combate de la enfermedad.
A su vez, esta lamentable acción ha provocado que se detengan las campañas de vacunación contra el ébola en varios centros de la OMS en la nación. Con esto, los habitantes quedan desprotegidos y expuestos al problema.
Por otra parte se debe recordar que el actual brote de ébola ya ha provocado más de 2 mil 100 muertes en el Congo. Además existe el riesgos constante de que los contagios se extiendan a algunos de los países vecinos como Uganda y Ruanda.
