Científicos del Instituto de Investigación Médica Garvan en Sídney, Australia, encontraron que la grasa parda podría tener efector positivos en la regulación de los niveles de glucosa.
Conocida también como tejido adiposo marrón, la grasa parda es una sustancia que se encuentra en zona clavicular e intervertebral del organismo humano y, según el estudio dirigido por el endocrinólogo Paul Lee, funcionaría como “amortiguador” de la glucosa.
Para efectuar este trabajo, los investigadores midieron continuamente, durante un periodo de 12 horas, la actividad de la grasa parda y el valor que generaba en la piel de 15 personas sanas. Así, encontraron que los niveles de glucosa se redujeron con la actividad de este tejido en quienes poseían abundante cantidad de él.
Al respecto, Lee ha señalado que estudios anteriores han demostrado que la cantidad de grasa parda se incrementa con la exposición prolongada a una temperatura media de 19 grados Celcius, y disminuye debido a la exposición a temperaturas más cálidas.
El ensayo ha sido publicado recientemente en Cell Metabolism bajo el título “Brown Adipose Tissue Exhibits a Glucose-Responsive Thermogenic Biorhythm in Humans”.