La pandemia de Covid-19 ha provocado hasta este momento 254 millones de casos y 5.11 millones de fallecimientos a nivel global. De igual forma ha modificado la vida del resto de la población y una de sus consecuencias es una aceleración en la digitalización. El ejemplo más claro se puede apreciar con las consultas médicas que se han incrementado en su modalidad online. Pero aunque internet ofrece muchas ventajas también existen aspectos adversos como los fraudes digitales que han aumentado durante los últimos meses.
De forma lamentable, de la misma manera en que existen los asaltos en la vida convencional también se puede presentar su variante en el ámbito virtual. El hecho de que ahora las personas permanezcan más tiempo conectadas a internet ha cambiado la modalidad de los delitos.
En ese sentido, del 14 al 20 de noviembre de 2021 se conmemora la Semana de Sensibilización frente al Fraude o Semana del Fraude. Esta fecha fue establecida en el año 2000 por la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE). Mientras que el evento tiene como objetivo animar a líderes empresariales y empleados a tomar medidas proactivas para minimizar el impacto del fraude, promoviendo la educación para combatirlo.
Delitos que se pueden cometer por internet
En 2020, el auge de la actividad en línea derivada por la crisis de Covid-19 supuso una oportunidad más para la delincuencia y los fraudes digitales. Como puede verse en la siguiente gráfica basada en una encuesta realizada por la asociación a principios de este año, cerca de la mitad de los representantes de las organizaciones de todo el mundo afirmaron haber detectado más delitos por internet desde el inicio de la pandemia.
Asimismo, casi tres cuartas partes de los profesionales encuestados dijeron esperar un aumento de todos los tipos de fraude en los siguientes 12 meses. El fraude cibernético (como el hacking, los ransomwares y los malwares) y la ingeniería social (phishing, brandjacking y baiting) son las categorías con mayor expectativa de aumento, con 82 por ciento de los encuestados anticipando un crecimiento en estas dos áreas de riesgo.
En respuesta a estas amenazas, el 80 por ciento de las organizaciones afirmó haber introducido cambios en sus programas antifraude, mientras que el 38 por ciento dijo aumentar su presupuesto en tecnologías preventivas.
Los médicos están expuestos
Pero aunque se puede llegar a pensar que los médicos son ajenos a este tipo de robos en realidad ocurre todo lo contrario. De hecho, el sector de la salud es uno de los favoritos de los delincuentes para recurrir a los fraudes digitales. El motivo es porque la información confidencial de los pacientes se compra por grandes cantidades de dinero en el mercado negro. Así como han aumentado las consultas médicas por internet durante la pandemia de Covid-19 también se han incrementado los robos a doctores.