El 2021 será recordado como el año en el que se mantuvo en activo la pandemia de Covid-19. De hecho la situación se incrementó a partir de la aparición de la Variante Ómicron que ha mostrado ser altamente transmisible. Aunque dentro de todo lo malo también hay un aspecto favorable que se debe señalar. Se trata de la notoria disminución en el consumo mundial de tabaco. De hecho se alcanzaron algunas de las cifras más bajas de los tiempos modernos y la tendencia muestra que así continuará el comportamiento.
Impacto en la salud
En ese sentido, el tabaquismo es catalogado dentro de las adicciones más severas que existen. Tan solo en México fallecen alrededor de 65 mil personas por año debido a enfermedades relacionadas con su consumo. No solo se trata de la nicotina sino que todas las sustancias de un cigarrillo contienen cuatro mil productos químicos, de los cuales 250 son nocivos y 50 cancerígenos.
La OMS señala que el consumo mundial de tabaco es responsable de la muerte prematura de más ocho millones de personas cada año. De ellas, al menos siete millones fueron consumidoras directas de tabaco y más de un millón fueron no fumadoras pero estuvieron expuestas al humo de tabaco ajeno y a las emisiones de nicotina.
A la fecha esta adicción tiene relación con el desarrollo de más de 100 enfermedades distintas. En tanto que dentro de la lista se encuentra la Covid-19 porque se ha demostrado que los fumadores tienen mayor riesgo a presentar un cuadro grave de la infección respiratoria.
Países que han puesto el ejemplo
Por todo lo anterior ahora es momento de hablar acerca de las acciones que se han realizado en beneficio de la población. Uno de los casos más notables es el de Nueva Zelanda porque planea prohibir la venta de tabaco a las generaciones futuras y elevar progresivamente la edad mínima para comprar cigarros legalmente. La nueva ley, que se espera aprobar en 2022, prohibirá la venta de cigarrillos o productos de tabaco a cualquier persona nacida después de 2008.
Se trata de la medida más drástica del Plan de Acción Smokefree Aotearoa 2025, presentado el 9 de diciembre de 2021. Si bien la visión final del plan es transformar a Nueva Zelanda en una nación libre de humo, el primer objetivo es reducir la incidencia del tabaquismo en todos los grupos de población por debajo del 5% para 2025.
Según la Encuesta de Salud 2020/21 del país, la prevalencia del tabaquismo se sitúa actualmente en el 10.9%, pero difiere mucho entre los grupos étnicos. Por ejemplo, la prevalencia del tabaquismo diario es mucho mayor entre la población maorí (22.3%) que entre los neozelandeses de origen europeo (8.3%).
Mientras que Nueva Zelanda sigue a la vanguardia del control del tabaco a nivel internacional, la prevalencia mundial de consumo de tabaco ha tenido una tendencia a la baja durante las dos últimas décadas. Según las estimaciones de la OMS, el 22.3% de la población mundial de 15 años o más consumía tabaco en 2020, frente al 32.7% del año 2000. La tasa de consumo de tabaco el año pasado era más alta entre las personas de 45 a 54 años, con un 28.5%, mientras que sólo era del 14.2% entre los jóvenes de 15 a 24 años.