Durante este año se ha observado el repunte de enfermedades que se creían erradicadas o que tenían una incidencia mínima. Tal es el caso del sarampión, padecimiento que podría ser evitado con vacunas y que tan sólo durante este año ha incrementado su presencia en 11 países de Latinoamérica, entre ellos México, con 4 contagios.
Ante este panorama, diversos especialistas concuerdan en que este fenómeno se ha suscitado como consecuencia de los movimientos antivacunas, los cuales surgieron a finales de los noventa, prohibiendo la vacunación de sus hijos bajo falsos argumentos que ha derivado en la actual situación de salud.
En ese sentido, gracias a que nuestro país cuenta con un eficiente sistema de vacunación es que se han logrado evitar epidemias de enfermedades como viruela, poliomelitis, tos ferina y difteria, enfermedades que hace medio siglo eran causantes de miles de muertes.
Si bien se considera que quienes optan por no vacunar a sus hijos suelen ser personas de un nivel socieconómico alto, y por ende cuentan con la capacidad para pagar atención médica privada, el problema se deriva cuando estos infantes conviven con otros jóvenes que no cuentan con los mismos recursos, facilitando los brotes epidemiológicos que se presentan con cada vez mayor frecuencia en la actualidad.
De esta manera, hay que recordar que los casos de contagio de sarampión que se presentaron en la Ciudad de México fueron importados por una ciudadana italiana y quienes resultaron afectados fueron personas cercanas a ella. Por fortuna se logró controlar el problema e inclusive la capital ya fue declarada como un espacio libre de esta enfermedad.