La genética es un factor determinante en la salud. Particularmente en la obesidad, parece tener una gran relación con la tendencia a tener un alto Índice de Masa Corporal (IMC). Incluso se ha confirmado que define en qué regiones del cuerpo se acumula la grasa adicional. Pero sus efectos no solo alteran la tasa de pacientes gordos. También afecta el número de personas delgadas.
Así lo apunta un estudio liderado por la Universidad de Cambridge. El documento fue publicado por los coautores líder Ines Barroso y Sadaf Farooqui en PLOS Genetics. La investigación comprueba por primera vez la doble trampa de la genética. Farooqui apunta que no solo hay factores que previenen o fomentan la obesidad. También hay regiones que favorecen la delgadez.
Confirmamos que las personas delgadas tienen un bajo IMC porque tienen una menor carga genética. Estos genes incrementan la probabilidad de un paciente a tener sobrepeso. No se trata de una superioridad moral, como en algunas ocasiones se sugiere. Es fácil emitir juicios y criticar a la gente por su peso. Pero la ciencia nos demuestra que la situación es mucho más compleja. Tenemos mucho menos control sobre la obesidad de lo que nos gustaría pensar.
Una puntuación genética para la delgadez y la obesidad
Farooqui reunió a un equipo de 3 mil participantes con un IMC menor a 18 kilogramos por metro cuadrado. Todos tenían un buen estado de salud, no poseían ninguna condición médica aparente y no tenían desórdenes alimenticios. Barroso por su parte reunió a mil 985 pacientes con obesidad severa y 10 mil 433 con un peso normal. Entonces, se hizo una evaluación genética de los grupos, así como de sus hábitos alimenticios y de salud en general.
Se encontraron múltiples similitudes en la composición de las personas delgadas. Asimismo, se confirmó la presencia de factores ya conocidos para la obesidad. Con estos elementos se creó una puntuación genética de riesgo para el peso. Los participantes con un menor índice fueron los del grupo con bajo IMC. Lo mismo probó ser cierto a la inversa, en la población con sobrepeso.
Farooqi apuntó que hasta 3 de cada 4 personas en la cohorte de pacientes delgados tenían una historia familiar de bajo IMC. El experto reafirmó que su equipo buscará qué características de la genética influyen en este fenómeno. Así, se podrían desarrollar soluciones farmacéuticas o terapéuticas que permitan explotar esta ventaja.