Aunque los animales no sólo sirven como mascotas sino que pueden ser útiles en terapias de rehabilitación, como ocurre con perros, caballos y delfines, algo que siempre se debe tener en cuenta es que se les debe de cuidar y mantener medidas higiénicas, pues ellos también son susceptibles de contraer alguna infección mortal y transmitirla a sus dueños.
Lo anterior sirve de contexto ante lo sucedido en Estados Unidos, donde un hombre de 68 años comenzó con dolores e hinchazón en su cuello, los cuales crecieron en intensidad y provocaron que el sujeto acudiera con un médico.
Después de pruebas de análisis, los especialistas determinaron que las ampollas rojas en el cuello causantes de los fuertes dolores se debían a una inflamación de los ganglios linfáticos, pero para un diagnóstico más certero se le hizo una prueba de sangre al paciente, la cual comprobó que padecía tularemia.
¿Cómo se contagió?
Para identificar el origen de la infección, los médicos analizaron a fondo al hombre e identificaron que el culpable fue su gato, el cual falleció de leucemia felina justo semanas antes de que el paciente comenzara a los primeros síntomas de la infección mortal.
Por fortuna, el paciente recibió un tratamiento indicado a tiempo y después de 4 semanas logró curarse, aunque los médicos a cargo comentaron que en caso de que el hombre no hubiera acudido a tiempo para recibir ayuda, las consecuencias habrían sido catastróficas, por lo cual siempre es muy importante que le recuerdes a tus pacientes la importancia de cuidar y mantener en condiciones higiénicas a sus mascotas.