Una de las consecuencias de la pandemia fue un incremento considerable en el gasto de bolsillo en salud. Incluso desde antes ya se había registrado un aumento que tiene un impacto directo en la economía de la población. Por eso, además de cuidar el bienestar de las personas también es necesario ofrecer una alternativa para este problema financiero.
¿Qué es el gasto de bolsillo en salud?
En su definición más sencilla se trata de todo lo que una persona debe pagar de forma directa para todo lo relacionado con su atención médica y compra de medicinas.
Uno de los objetivos de la universalización de la salud es garantizar la atención médica gratuita para toda la población. A la fecha hay muy pocas naciones en el mundo que han logrado esta meta.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que el gasto de bolsillo no debe superar entre el 30 y 40% del gasto total en salud. Además, el organismo internacional decretó en su informe de 2010 que cuanto más se base un país en los pagos directos para financiar el sistema de salud, será más difícil lograr el acceso universal a servicios sanitarios de calidad.
¿De qué forma se puede reducir el gasto de bolsillo en salud?
De acuerdo con el Dr. Luis Fernando Hernández Lezama, presidente del Comité Técnico de Soy Paciente, el 49% de la población acude a hospitales privados, consultorios médicos particulares, así como a consultorios adyacentes a farmacias (CAFs) para atender su salud. Esto representa una proporción mayor que el 43.4% registrado en el 2018, es decir, más de 5 puntos porcentuales.
“Se está privatizando como nunca el cuidado de la salud pues incluso la gente con acceso a seguridad social no asiste a su clínica, únicamente lo hace en caso de necesitar recoger medicamentos o por justificantes médicos”.
Por su parte, el informe más reciente de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), revela que del 2018 al 2022, el gasto anual que las familias mexicanas realizaron en salud pasó de 4 mil 401 pesos a 5 mil 650 pesos, mostrando una diferencia promedio de 1 mil 249 pesos, es decir 28% de incremento en sus egresos destinados a mantener o procurar la salud familiar.
Una práctica que distorsiona el gasto en salud es la prescripción médica en las cuales se llegan a recetar en promedio cinco medicamentos, cuando lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es menos de tres fármacos.
Con todo lo anterior en mente, la cultura de la prevención es la mejor forma para reducir el gasto de bolsillo en salud en las familias mexicanas. En lugar de esperar la aparición de las enfermedades, las cuales muchas veces se detectan en etapas avanzadas, es necesario enfocarse en promover estilos saludables.
De igual forma, se requiere fomentar el hábito de las revisiones médicas periódicas. La mayoría de los mexicanos sólo acuden con un doctor cuando se sienten mal aunque en realidad deberían hacerlo cualquier día del año.
La OMS recomienda que la población adulta debe acudir a una consulta médica general al menos una vez al año sin importar la condición del paciente. El objetivo es verificar su estado para identificar si tiene algún padecimiento y empezar de inmediato con un tratamiento personalizado.
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