En la actualidad, más del 50 por ciento de quienes sufren Fibrosis Pulmonar Idiopática (FPI) reciben de primera instancia un diagnóstico erróneo debido a que puede confundirse con otras enfermedades respiratorias frecuentes como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o el asma. En la búsqueda por encontrar respuesta a aquello que les dificulta la respiración pueden pasar de 2 a 4 años, tiempo en que avanza causando problemas irreversibles y un impacto económico devastador para el paciente y su familia.
A la fecha no existe cura para esta rara, incapacitante y letal condición, que a nivel mundial afecta a cerca de 3 millones de personas mayores de 50 años de edad, principalmente varones. Por lo tanto, su detección oportuna es fundamental para brindar a quienes viven con ella un adecuado tratamiento que les permita mejorar su calidad de vida.
Médicos generales mejor preparados
Al respecto, la Dra. Perla Xóchitl Basaldúa Zaragoza, neumóloga del HMG Hospital Coyoacán, habló sobre el papel de los médicos. Para ella es necesario mejorar la formación de los médicos generales por ser los que tienen el primer contacto con los pacientes.
Desafortunadamente, la demora en la identificación correcta de la FPI y el subdiagnóstico son de las mayores dificultades a las que nos enfrentamos. Por ello, además de fomentar el intercambio científico, conocer innovaciones terapéuticas como nintedanib y compartir información estadística a través del registro puntual de casos, es esencial que los médicos neumólogos se especialicen en enfermedades como estas que afectan el intersticio pulmonar y mejorar la formación de los médicos generales para que aprendan a identificarla y refieran al paciente lo más pronto posible.
Por su parte, sostuvo que en México son escasos los estudios epidemiológicos que describen y registran su comportamiento en la población debido a que muchas de estas enfermedades son de causa desconocida como la FPI. Aun con ello, algunas infecciones virales, la genética, el reflujo gastroesofágico, la exposición prolongada al humo del tabaco, la quema de leña, asbesto, contaminantes u otras sustancias tóxicas, pueden incrementar el riesgo de padecerlas.
Explicó que la Fibrosis Pulmonar Idiopática es una enfermedad enigmática y de difícil manejo, lo que supone un reto para el médico neumólogo porque tiene un pronóstico incierto.
Por eso, ante cualquier sospecha es importante que los afectados acudan con un médico neumólogo al instante, quien a través de una serie de estudios podrá determinar su presencia.
Si bien el diagnóstico es complicado, más del 80% de los pacientes con FPI tienen un sonido distintivo tipo velcro que puede detectarse por medio de un estetoscopio. Y, una vez detectada, se debe iniciar tratamiento inmediato.