Aunque en la actualidad la pandemia por Covid-19 es la máxima preocupación en el rubro de la salud, no es la única. No se puede ignorar que desde antes existían otros inconvenientes que atentan contra el bienestar de millones de personas. Uno de los más graves y que no se pueden olvidar es la farmacorresistencia. Por diversos motivos los medicamentos han comenzado a perder efectividad y eso es más grave de lo que muchos imaginan.
Consumo incorrecto de medicamentos
Acciones que muchas personas ven como inofensivas han sido algunas de las que han propiciado este fenómeno. En primera instancia se encuentra la automedicación, pero además también se encuentra el no seguir de forma correcta los tratamientos o consumir las medicinas sobrantes de otras personas. Todas las mencionadas son fallas que probablemente has detectado en tus pacientes.
Para poner en perspectiva, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que de seguir la misma tendencia, para el 2050 la resistencia a antibióticos será la primera causa de muerte en el planeta. Se estima que produciría 10 millones de fallecimientos por año, lo que representa más decesos que el cáncer y la diabetes.
A su vez, hace tiempo la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó un estudio en nuestro país. Lo que se detectó es que más del 80 por ciento de las prescripciones de medicamentos en los consultorios anexos a farmacias son erróneas.
Diseño de nuevos antibióticos
Por otra parte, parte de este problema mundial también recae en que durante los últimos años se ha dejado de diseñar nuevos antibióticos. Por lo tanto, en un esfuerzo sin precedente, más de 20 compañías biofarmacéuticas de todo el mundo crearon el Fondo de Acción de Resistencia Antimicrobiana. El objetivo primordial es desarrollar de dos a cuatro nuevos antibióticos de aquí a 2030.
Para cumplir con la tarea se planea invertir mil millones de dólares en la investigación clínica de antibióticos innovadores para el abordaje de las bacterias más resistentes y las infecciones potencialmente mortales. Aunado a ello, se busca establecer alianzas que permitan una inversión sostenible y un mercado viable para nuevos antibióticos.
El fondo es liderado por la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas y se prevé que en octubre de este año inicien los primeros programas de desarrollo clínico.