Día a día, el ser humano está exposición a agentes químicos, que, sin querer, van dañando su salud. Sobre todo, porque la industrialización ha hecho que se realicen procesos para conservar y darle mejor uso, a un sin número de elementos necesarios para el buen vivir. Sin embargo, el problema mayor radica en darle un manejo correcto a los productos químicos. Ya que, como lo dijo Paracelso; el padre de la toxicología; “La dosis es lo que diferencia el remedio del veneno.”
La seguridad química es importante para la salud
Patógenos cancerígenos, mutagenicos, teratógenos y tóxicos, se pueden derivar de la exposición química no controlada. Por ello, las organizaciones encargadas de velar por el bienestar de la humanidad, hacen un llamado a los gobiernos, para que conjuntamente con los sectores privados y la industria, planteen alternativas que garanticen la seguridad de los productos químicos. Buscando minimizar los efectos nocivos en el medio ambiente, el ecosistema y la salud humana. (OPS, s.f.)
Los pesticidas, las dioxinas, el dióxido de carbono y las sustancias procedentes de la basura, son agentes contaminantes que trasforman en forma dañina el aire, el suelo y los seres vivos que habitan el planeta, generando enfermedades respiratorias, dermatológicas y gastrointestinales. Al mismo tiempo que, incrementa los niveles de toxicidad en los alimentos y en los productos derivados de la naturaleza, llegando en casos inmanejables a provocar la muerte.
Los aditivos alimentarios como los conservantes, edulcorantes, espesantes, estabilizadores y antioxidantes, entre algunos otros, son componentes químicos utilizados en la industrialización de los alimentos que se distribuyen en forma masiva en los supermercados y cadenas de almacenes, para agregarle más tiempo de vida a cada producto. El consumo excesivo puede producir obesidad y problemas asociativos, además de alergias. (PAHO, s.f.)
Los coadyuvantes de tecnología, en la fabricación de diferentes productos empleados en la cotidianidad para el aseo o la comodidad, como el vestuario o el mobiliario. También están plagado de electos químicos, como catalizadores, lubricantes, detergentes, enzimas y resinas para darle resistencia, maleabilidad y uso. Sin embargo, la exposición continua puede llegar a hacer daños en la piel, las mucosas y el sistema respiratorio.
Es claro que, necesitamos de las sustancias químicas para crear estructuras, tecnología, medicamentos y productos no perecederos. En, pero, minimizar la exposición es de gran ayuda para conservar la salud. Ya que, el amianto presente en los sellantes y pastas de freno pueden desarrollar cáncer de pulmón; el arsénico utilizado para tratar la madera es de alta toxicidad y el flúor, en cantidades altas daña los dientes y puede afectar los huesos.
La exposición química prolongada, puede llegar a causar daños irreversibles en la salud humana. Por tanto, la industria se mantiene en continua investigación, buscando alternativas de producción donde se reduzca el uso de elementos sintéticos en la fabricación de sus productos. De igual manera, el sector alimenticio analiza la forma de conservar en forma natural los alimentos, brindándole al ser humano mejores alternativas de alimentación y nutrición, que, en todo caso, contribuyan a establecer hábitos que mejoren la salud.