Por lo regular, es común que tus pacientes femeninas presenten várices en su cuerpo, en especial durante la etapa adulta, pero es muy importante que pongas mucha atención en este problema en apariencia tan simple porque unas várices no tratadas pueden generar complicaciones mayores como trombosis venosa profunda y tromboembolismo pulmonar.
Aunque para algunas mujeres se trate sólo de un problema estético, la realidad es que las várices son un problema de salud que debe ser atendido de inmediato por lo que es importante que atiendas a la brevedad a todas las pacientes que presenten este mal.
En ese sentido, el Dr. Luis Carlos Canto, angiólogo del Hospital Ángeles de Puebla, explicó que por lo regular, durante el embarazo se triplica el riesgo a desarrollar várices en las mujeres debido al incremento hormonal que presentan, por lo que se trata de una etapa en la que se debe poner especial atención.
Se ha demostrado que el riesgo de aparición de varices se triplica con el embarazo y es más frecuente a partir de la segunda gestación. Si a lo anterior se le suman antecedentes familiares de padecimiento de várices, las posibilidades de que una mujer embarazada tenga varices es del 96 por ciento, es decir, es prácticamente un hecho que las desarrollará.
Si bien, lo más común es que las várices se presenten en las piernas, durante el embarazo también existe la posibilidad de que aparezcan en la zona de la pelvis y el área genital, por lo que es de vital realizar revisiones constantes en tus pacientes y, en caso de detectar problemas de várices, actuar de inmediato.