Si bien los adelantos de la ciencia médica han favorecido la aparición de nuevos y eficaces tratamientos, algunos especialistas opinan que esta situación también puede convertirse en una desventaja.
En este sentido, Alberto Lifshitz Guinzberg, secretario de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declaró a La Jornada que uno de los principales problemas a los que se enfrenta la enseñanza y la formación de nuevas generaciones de médicos es la incursión de nuevas tecnologías. “La tecnología ha convertido a muchos médicos en maneadores de artefactos o apretadores de botones”. dijo el académico universitario.
Explicó que los profesionales de la salud se han convertido en dependientes de las innovaciones tecnológicas. Bajo este contexto, ejemplificó que los residentes se sienten “desamparados en sitios donde no cuentan con tecnología a su alcance o cuando se descompone un aparato; se paralizan”.
Destacó que a consecuencia de lo anterior, los médicos están perdiendo ciertas habilidades médicas.
Están aprendiendo a usar la tecnología de manera suplementaria, cuando debería ser de forma complementaria.
Afirmó que debido a la incursión de las nuevas tecnologías en la relación médico-paciente, ésta ya no es de dos, sino de tres.
En este nuevo esquema hay dos vertientes, la primera consiste en la relación del médico enamorado de la máquina que ignora al paciente. La segunda vertiente es la máquina-paciente, en la que éste le cree más a la máquina que al propio médico.
Abundó al mencionar que en el aprendizaje de la medicina es necesario desarrollar más habilidades y actitudes, entre las que destacan la recolección de información, su interpretación, incursionar en el razonamiento diagnóstico, terapéutico y pronóstico, así como dominar los procedimientos habituales de la práctica y ganar la confianza del paciente y su familia, así como aceptar la responsabilidad de su atención.
Bajo este contexto, durante los eventos conmemorativos del 50 aniversario de la Unidad Académica de Medicina de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), el médico Enrique Ruelas Barajas, expresidente de la Academia Nacional de Medicina (ANM), afirmó que los profesionales de la salud “están obligados a humanizarse para generar empatía y confianza con los pacientes”, puede lo contrario, dijo, “la atención no es de calidad”.
La calidad en la atención médica se puede expresar de diferentes maneras, pero básicamente es en esencia, trabajar para ofrecer los mayores beneficios con los mínimos riesgos para el paciente, y para eso es indispensable saber diagnosticar, tratar, paliar y rehabilitar: esa es la dimensión técnica de la calidad.