En una revisión rápida a nuestra escala de valores nos encontramos aquellos que nos dan identidad, como respeto, responsabilidad, honestidad, entre muchos otros, sin embargo, uno que pocas veces salta a la vista es la audacia.
Para muchos pasa desapercibida, para otros es un componente de su personalidad, algo espontáneo en lo que pocas veces reparan, sin embargo, resulta un elemento clave para el emprendedor.
Habitualmente se concibe a la audacia bajo el concepto de valor, una cualidad que hace al individuo intrépido, alguien que no teme al peligro.
La mayoría de la gente teme a los riesgos porque implican la posibilidad de perder algo o hacer el ridículo, sin embargo, para avanzar, evolucionar y, en el caso del médico emprendedor, innovar, es necesario superar ese miedo a los riesgos, para lo cual el atrevimiento resulta medicina infalible.
Por tanto, la audacia puede y debería considerarse un valor esencial en el médico emprendedor, ya que ésta será el motor que le ayude a moverse.
Cabe recordar que pequeños negocios se han convertido en grandes empresas en buena medida gracias a empresarios audaces.
Dicho lo anterior, valdría que el médico se plantear algunas interrogantes:
- ¿Tiene el coraje suficiente para convertir crisis en oportunidades?
- ¿Es tan audaz como para eliminar los malos hábitos sembrados en su establecimiento de salud?
- ¿Posee el valor necesario para tomar nuevos caminos en su consultorio médico?
- Con tal de avanzar, ¿está dispuesto a correr nuevos riesgos?
- ¿Tiene el ánimo necesario para continuar a pesar de las malas rachas?
Si las respuestas fueron positivas es seguro que su audacia lo lleve muy lejos a pesar de los eventuales tropiezos que únicamente pueden considerarse aprendizajes, en cambio, si las respuestas fueron negativas, es momento de pensar en cultivar este valor, porque sólo aquel que arriesga está en posibilidad de ganar.
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