La excesiva somnolencia diurna (ESD) se define como la incapacidad de permanecer despierto y alerta durante el período de vigilia, con episodios no intencionados de somnolencia y/o sueño. Es una situación en la que los síntomas o signos subjetivos de somnolencia interfieren con el funcionamiento diurno normal, las tareas sociales o la calidad de vida de la persona que lo padece.
Para el diagnóstico clínico, esta situación debe estar ocurriendo, por lo menos, durante los tres meses previos2. Los pacientes pueden referirla como cansancio o fatiga. Ocurre con frecuencia en pacientes con síndrome de apnea-hipopnea del sueño1. Los síndromes con ESD afectan al 4-6% de la población2. Enfermedades neurológicas pueden asociarse a ESD entre las cuales se puede destacar la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Las neuropatías periféricas y otros trastornos neuromusculares que producen dolor crónico dificultan conciliar el sueño lo que a su vez tiene como consecuencia una ESD2, 3. La hipersomnia conlleva problemas de concentración, de memoria y de humor que repercuten en las actividades de la vida diaria.
Los pacientes con somnolencia crónica presentan dificultades para reconocer la gravedad de la somnolencia y la describen como cansancio físico, fatiga o falta de energía, sueño no reparador, etc. Por tanto, es importante la información que proporciona algún familiar o conviviente del paciente. Es usual que el cuadro se acompañe de otros síntomas secundarios a la somnolencia como irritabilidad, dificultad para la concentración, pérdida de memoria, cansancio, etc. La gravedad de la ESD puede determinarse mediante diferentes abordajes, que incluyen medidas subjetivas y objetivas.
Medida subjetiva de la ESD
Es común clasificar la gravedad de la ESD según la valoración del médico al realizar la anamnesis. Esta clasificación es simple pero muy útil ya que deriva del propio interrogatorio, pondera la importancia de la ESD y obvia la subjetividad del paciente. Otras escalas miden el nivel subjetivo de somnolencia:
- La escala Stanford, divide en 7 niveles, desde “vigilia total y alerta” a “sueño inminente”, donde el sujeto marca el que mejor corresponde a su estado.
- La escala analógica visual, en la que una línea de 10 cm une dos extremos, en uno se encuentra “totalmente despierto” y en el opuesto, “sueño inminente”, el sujeto elige el punto que mejor define su estado.
- La escala Epworth, en ella, el sujeto puntúa de 0 a 3 diferentes actividades cotidianas. Con la desventaja de que es el propio enfermo el que analiza subjetivamente su somnolencia. Aspecto controvertido ya que, con frecuencia, el enfermo niega la existencia de la ESD.
Pruebas objetivas de la ESD
- Test de latencia múltiple del sueño3(TLMS). La prueba consiste en dar la posibilidad al paciente de que duerma en varias oportunidades durante el día (siestas) y determinar la latencia media del sueño. Determinando, más que la capacidad para mantenerse despierto, la capacidad del enfermo para dormirse en una situación apropiada para ello. La prueba debe realizarse tras una polisomnografía nocturna que confirme que la cantidad de sueño es la adecuada y que la ESD no está justificada por una causa especifica.
- Test de mantenimiento de la vigilia. Es un test parecido al TLMS en cuanto a metodología, aunque el objetivo es medir la capacidad del sujeto para mantenerse despierto en situaciones de ESD.
- Test de OSLER (Oxford SLEep Resistance Test). El paciente es acomodado en una habitación tranquila y se le pide que presione un interruptor cada vez que vea un destello de luz, que aparece con una periodicidad de 3 segundos. Se asume que el sujeto está dormido si éste no aprieta el interruptor en 21 segundos (7 destellos). Si esto ocurre se da por finalizado el estudio o, en caso contrario, tras 40 minutos del comienzo.
El tratamiento de la ESD tiene como objetivo mejorar el estado de alerta y la calidad de vida del paciente. Cuando ambos aspectos están afectados se hace necesario instaurar medidas terapéuticas dirigidas al control de la causa subyacente, mantener hábitos saludables que incluyen normas de higiene del sueño y, si la ESD es grave, administrar tratamiento farmacológico.
REFERENCIAS BIBIOGRAFICAS
- Guilleminault C, Brooks SN. Excessive daytime sleepiness. A challenge for the practising neurologist. Brain 2001; 124: 1482-1491.
- Mahowald MW, Schenck CH. Insights from studying human sleep disorders. Nature 2005; 437: 1279-1285.
- Littner MR, Kushida C, Wise M. Et al. Practice parameters for the clinical use of the multiple sleep latency test and the maintenance of wakefulness test. Sleep 2005; 28: 113-21.