En la sala de espera del consultorio, clínica u hospital, pueden converger todo tipo de personas: aquellas sanas, que acuden por algún chequeo de rutina; otras con enfermedades crónicas no transmisibles; o bien, con padecimientos infecciosos, entre muchas otras.
Es por ello que resulta importante recordar lo fácil que puede presentarse la propagación de patógenos en estos espacios, especialmente en época de invierno, aunque se les considere lugares de riesgo mínimo.
Al respecto, la Universidad de Ontario, en Canadá, ha reportado algunas de las principales vías de actuación para prevenir la propagación de infecciones respiratorias en estas áreas, como:
- Procurar distancia mínima de un metro entre los pacientes que se encuentran en la sala.
- Emplear toallas desinfectantes para limpiar superficies que pudieran estar contaminadas.
- Aconsejar a los pacientes limpiar sus manos con alcohol en gel.
Por otra parte, a fin de reducir el riesgo de contagios en la sala de espera, es necesario cuidar las instalaciones del establecimiento de salud, para lo cual se aconseja:
- Incorporar materiales de suelos, paredes y mobiliario resistentes y fácilmente lavables para evitar la acumulación de la suciedad.
- Impedir que las dimensiones de la sala de espera faciliten las aglomeraciones.
- Si se carece de un mecanismo natural de ventilación, instalar alguno y evitar que tenga deficiencias a fin de prevenir mala renovación del aire.
- Renovar las revistas periódicamente.
- Omitir juguetes que impidan su desinfección efectiva.
- Facilitar a los usuarios el uso de dispensadores alcohol en gel.
Por su parte, la Universidad de Chile también ha recomendado sensibilizar a la población para que quienes visitan las salas de espera efectúen acciones significativas para prevenir contagios, como cubrirse la boca al toser o estornudar, usar pañuelos desechables, y evitar compartir objetos con los demás pacientes.
Imagen: Bigstock