La práctica social de la investigación de la ética, renueva las disciplinas relacionadas con el intelecto, la invención, la innovación y la transformación tanto personal como institucional. Cuando se constituye la investigación científica en la base de disciplinas médicas, se acentúan las diferencias entre los tipos y formas de la socialización profesional. No es igual para un investigador en química o física, que para el farmacólogo o el fisiólogo y no tienen ninguna relación con la de un investigador clínico. En la investigación médica existe diversidad de prácticas y comportamientos. Como lo demuestran la investigación básica y la investigación aplicada.
En vista de esta diversidad, los dilemas morales que perturban el trabajo científico pueden ser resumidos en dos grupos: los que se relacionan con la legalidad y los que están vinculados a la legitimidad. (Schmitt, 2006)
La ciencia como profesión depende, tradicionalmente, del control, que determina el prestigio, decide sobre la confiabilidad y la validez de los resultados y los procesos, además, premia o castiga.
La propiedad en el empleo de métodos y la difusión de los resultados es lo que constituye la “legalidad” que debe imperar en la comunidad tecnocientífica, y las especialidades y los grupos de trabajo. A esta “legalidad” le atañen dilemas que son propios del oficio: cómo y cuándo publicar, la distribución de las recompensas, guardar la objetividad y respetar las prioridades en lo que respecta a la apreciación de los resultados.
La legalidad ética debe basarse en la realización competente, sobria y aceptada de lo que es factible. Mientras que, la “legitimidad” de la investigación se ve afectada porque “no todo lo factible y viable puede hacerse”. Especialmente cuando la investigación afecta a las personas, el medio ambiente, al material genético y el contexto cultural de la comunidad en la que se practica la investigación.
Las reglas universales que orientan el quehacer y determinan lo bueno y lo justo, agregando al mérito técnico de una investigación, un mérito moral y social. Por lo que las publicaciones deben cumplir con algunos requisitos éticos comunes a toda investigación, que deben ser respetados con rigurosidad:
- La necesidad de solucionar problemas de salud.
- La competencia y desempeño del profesional investigador, que se demuestra a través de la utilización correcta de métodos aceptables científicamente.
- Contar con la participación libre y voluntaria de los sujetos de investigación, partiendo de una detallada información tanto de los riesgos como de los beneficios a los que será sometido.
- Confidencialidad o anonimato de la información.
- Autoría responsable y verdadera de la investigación.
- Reconocimiento expreso de las obras consultadas y sus autores.
- Veracidad absoluta de los datos que se aportan y de la bibliografía consultada.
Es muy fácil incurrir en faltas a la ética y fraude científico y su publicación. Algunas de sus formas son: invención, falsificación y manipulación de datos, plagio. Otras faltas en las que se puede faltar a la ética en el proceso de publicación son: autoría ficticia, publicación reiterada y hasta dar a conocer resultados de investigaciones de forma prematura sin haber sido publicadas en la prensa profesional.
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