Seguro que tienes un amigo o familiar que padece diabetes o incluso puede que tú la sufras. Son muchas las personas que cuando le dieron la noticia de este padecimiento, no recibieron información suficiente ni educativa sobre la condición al ser diagnosticado.
Según la Federación Internacional de Diabetes (FID), una de cada cuatro personas que viven con esta enfermedad, no recibieron información suficiente ni educativa sobre su condición cuando fueron diagnosticadas. En México, por ejemplo, la mayoría de las personas con diabetes pasan cinco horas al año o menos en consulta con un profesional de la salud y la mayor parte del tiempo se cuidan ellos solos.
El acceso a la información y educación es fundamental para el autocuidado de la diabetes
El acceso a la información y a la educación durante el diagnóstico y posteriormente, es fundamental para apoyar al autocuidado de este padecimiento, pues permite a las personas que viven con diabetes controlar su condición de manera efectiva.
Cuando no se controla bien, aumenta el riesgo de complicaciones graves; como los ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, ceguera y amputación de medios inferiores.
Una cuarta parte (concretamente, el 26 por ciento) de las personas que viven con diabetes en México reporta consultas de menos de 15 minutos, que no son suficientes para discutir su tratamiento ni para proveer consejos en temas importantes como la dieta y el ejercicio. De forma comparativa, la mayoría de las visitas en todo el mundo duran, por lo menos, entre 15 y 30 minutos y una de cada cinco (19 por ciento) reportan visitas de 30 minutos hasta una hora.
Para 2030 se prevé que habrá más de 17 millones de personas con este padecimiento
Además, una de cada tres personas (33 por ciento) en México no tienen consultas presenciales o en línea con un educador en diabetes, enfermera o dietista para recibir información adicional que los ayude a manejar su condición.
El número de personas con diabetes está creciendo rápidamente. Para el año 2030, la FID predice que el número de personas viviendo en México con esta condición habría superado los 17 millones. Esto ejercerá presión adicional sobre los recursos de atención médica y podría limitar el tiempo disponible de los profesionales de la salud.