Justo en estos momentos, la caravana de migrantes está en Tijuana. Miles de individuos de El Salvador, Honduras y Guatemala se han reunido en la ciudad. Con la esperanza de, muy pronto, cruzar la frontera hacia Norteamérica. Sin embargo, tanto en México como en Estados Unidos, estos individuos han sido atacados repetidamente. Muchas veces, porque presuntamente propagan enfermedades.
Sin embargo, un estudio publicado en The Lancet demuestra lo contrario. El documento propone que los migrantes no ponen en riesgo los sistemas de salud. En cambio, sí son un factor crucial para su correcto funcionamiento. Paul Spiegel y Terry McGovern, parte del equipo responsable del hallazgo, afirman que los comentarios en contra de esta población son pura propaganda política.
No hay evidencia que muestre que los migrantes propagan enfermedades. Esto es solo un argumento falso para mantener a esta población fuera [de los países]. Contrario a la narrativa política actual, son una parte esencial de la estabilidad económica [de la nación]. No son portadores de infecciones que simplemente traen desgracias a la sociedad.
Un estudio en defensa de los migrantes
La investigación fue realizada por la Comisión de Migración y Salud de The Lancet y el Colegio Universitario de Londres (UCL). Para sus resultados, se observó el efecto de los migrantes en los países durante un periodo de dos años. En específico, su efecto en la propagación de enfermedades y en la solidez de los sistemas de atención.
Se encontró que la población de migrantes solo transmiten enfermedades dentro de su misma comunidad. De hecho, los especialistas apuntan que esto podría deberse a las condiciones en las que viven. En especial, dentro de los campos de detención y de refugiados, donde hay notables faltas en la atención médica. Incluso hay poca razón para temer que estas personas puedan “sobrepoblar” los países. En promedio, tienden a tener menos hijos que la gente local.
De acuerdo con la NBC, los investigadores sugieren mejorar las condiciones de los migrantes. En parte, porque hasta el 25 por ciento de las fuerzas de los sistemas de salud son de origen extranjero. Igualmente, señalan que el fenómeno de la migración seguirá ocurriendo, sin importar los esfuerzos políticos. Afirman que los líderes electos tienen la obligación de oponerse a la xenofobia y el racismo. Es parte de su responsabilidad política, social y legal, señalan.