La ansiedad ha aumentado constantemente en las últimas décadas tanto en adultos jóvenes como adolescentes. Son numerosos estudios los que ya han demostrado que escuchar música puede llegar a reducir la ansiedad, incluso siendo más eficaz que algunos medicamentos. Aunque es cierto que se carece de datos cuantitativos sobre las efectos de la música personalizada en la ansiedad.
Según un nuevo estudio publicado en la revista “PLOS ONE” y realizado por Frank Russo y Adiel Mallik, de la Universidad de Ryerson (en Canadá), ha determinado que los tratamientos que integran la música y la estimulación auditiva de los ritmos son eficaces para reducir este estado en algunos pacientes.
Se analizó aleatoriamente a 163 pacientes que padecen ansiedad
Para la realización de este estudio, los investigadores asignaron al azar a 163 pacientes que tomaban medicamentos contra este trastorno, para que participaran en una sesión de tratamiento en casa que incluía música, estimulación auditiva del ritmo, ambas cosas, o ruido rosa (que son sonidos de fondo similares al ruido blanco).
La música fue seleccionada para cada paciente a través de la Inteligencia Artificial de LUCID, que selecciona la música en función del estado emocional y las preferencias musicales del paciente. La estimulación auditiva del ritmo consiste en combinaciones de tonos, reproducidos en uno o ambos oídos, diseñados para provocar cambios en la actividad cerebral. En todos los grupos, se pidió a los pacientes que descargaran una aplicación personalizada en su smartphone para el tratamiento, cerraran los ojos y escucharan una sesión de 24 minutos.
Entre las personas con ansiedad moderada antes de la sesión de tratamiento, se observaron mayores reducciones de la ansiedad somática (síntomas físicos de la ansiedad) en las personas que escucharon tanto la música como el ABS, o las que escucharon solo la música, en comparación con las que escucharon el ruido rosa.
La música personalizada es muy prometedora
Las mayores reducciones en la cognitiva del estado también se observaron en los participantes con ansiedad rasgo moderada que escucharon tanto música como ABS. Entre las personas con un rasgo de ansiedad alto antes de la sesión, el grupo que solo escuchó música tuvo una reducción significativamente mayor de la ansiedad en comparación con el grupo que solo escuchó ABS.
Los autores concluyen que los tratamientos basados en el sonido pueden ser eficaces para reducir la ansiedad de estado y ofrecen potencialmente un método sencillo y fácilmente distribuible para tratar la ansiedad en un segmento de la población.
Los resultados de esta investigación son emocionantes, ya que indican que la música personalizada es muy prometedora para reducir eficazmente el trastorno en segmentos específicos de la población que la padecen.