Constantemente se ha discutido el papel que tienen los videojuegos en la salud física y mental de sus usuarios. Estudios clínicos han demostrado, por separado, que así como fomentan trastornos como obesidad y adicción, también pueden aliviar algunos dolores crónicos. Pero la discusión más recurrente ha sido su incidencia en la salud mental, particularmente los niveles de agresividad.
Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences afirma que los videojuegos sí son responsables de un aumento en los casos de agresividad física entre sus usuarios. Sin embargo, al analizar el perfil de los participantes por segmentos étnicos, también se concluyó que el efecto es notable en la población caucásica, pero casi inexistente en hispanos.
Investigadores del Colegio Darmouth en Estados Unidos analizaron la información de más de 17 mil participantes, de diferentes nacionalidades y grupos étnicos, por un periodo de hasta cuatro años. Específicamente para este estudio, se eliminaron algunos comportamientos agresivos menores (escenarios hipotéticos o eventos verbales) y se analizaron únicamente eventos de ataques físicos. Igualmente, sólo se analizaron usuarios de videojuegos claramente violentos.
Los resultaros indicaron que, incluso tomando en cuenta reportes de agresión física previa, el uso de videojuegos violentos sí provoca una actitud físicamente más hostil en los jóvenes. El análisis, sin embargo, encontró que esta relación fue particularmente notoria en la población blanca, estadísticamente intermedia entre gente asiática e insignificante en los usuarios hispanos.
Aunque apuntaron que este fenómeno podría surgir de una falta de representación de la población hispana en los datos analizados, los investigadores teorizaron que la concepción cultural también podría ser responsable del efecto de los videojuegos violentos.
Se indicó que la población caucásica vive predominantemente en una cultura individualista, con una mentalidad guerrera, que podría hacer que los jóvenes se identifiquen más con el rol del agresor y pierdan simpatía por la víctima. Por el otro lado, los usuarios hispanos parecen valorar más la responsabilidad social y la empatía por las personas agredidas, lo que reduce el efecto de los videojuegos violentos en su comportamiento en el largo plazo.