Los estilos de vida se pueden observar en ciertos patrones de comportamiento de las personas y por tanto, son determinantes en su calidad de vida.
La forma en la que viven los seres humanos se ve afectada de diferentes maneras conforme a la problemática específica de cada sociedad. En las grandes ciudades, por ejemplo, el problema de la creciente urbanización provoca cambios en el comportamiento social, tiene repercusiones en asuntos como el acceso a transporte o la disponibilidad de productos comestibles, de acuerdo con información publicada en el portal de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuando se presentan patrones de comportamiento, comienzan a surgir los hábitos, mismos que se adquieren por repetición de actos iguales o semejantes. Entre los hábitos destacan los referentes a la alimentación, que a su vez influyen en padecimientos como el sobrepeso y la obesidad.
Se puede estar bajo estrés laboral —México es el país número uno en esta enfermedad psicosocial— y alterar el qué y el cómo comer. O simplemente una circunstancia en el entorno puede modificar este hábito. La preocupación por la dieta no es la misma de una persona que trabaja 12 horas, que otra que labora 8. Alimentarse es más complicado para un individuo que tarda 2 horas en trasladarse a su trabajo, en comparación de una que cuenta con automóvil y llega en media hora. De modo que el conjunto de cambios culturales y sociológicos afectan a los hábitos y preferencias alimentarias.
Esto es lo que han comprendido las empresas, en especial aquellas que son parte de la industria alimenticia. Sus portafolios de productos ahora son más versátiles y con suficientes alternativas acorde a diferentes estilos de vida. Así es como vemos hoy en día productos más personalizados. Por nombrar algunos casos, Yoplait cuenta con un yogur griego sin azúcar, Hidden Ranch ofrece aderezos reducidos en grasa y calorías, Coca-Cola tiene 70 marcas en 500 versiones diferentes (leches, agua, jugos, tés y más), cerca del 40 por ciento son bajas o sin calorías. Dicho de otro modo, productos hechos a medida de las necesidades de sus consumidores.
De esto se deriva que tus pacientes tengan más opciones, y así puedan escoger alimentos que más se adaptan con su día a día.
Finalmente, el estilo de vida del paciente puede orientar a su médico con el propósito de saber qué tipo de paciente le ha tocado. Es un componente básico y útil en la pesquisa clínica, “ya que se puede correr el riesgo de no hallar una enfermedad que pudiera ser de diagnóstico fácil y evidente si se busca desde otro ángulo”, conforme lo indica el artículo Cambios del modo y estilo de vida; su influencia en el proceso salud-enfermedad, de la Revista Cubana de Estomatología.
La cotidianidad puede condicionar la salud. Alentar la participación de tus pacientes que padecen sobrepeso u obesidad es importante, al igual que la colaboración de los gobiernos, las organizaciones internacionales, las empresas y la sociedad civil en un esfuerzo conjunto común.