De manera lenta pero constante la hipertensión arterial ha incrementado su incidencia en todo el mundo. Factores como una alimentación inadecuada y la falta de ejercicio han propiciado este fenómeno. Mientras que el actual sedentarismo que se ha incrementado por la pandemia puede ser fatal para las siguientes generaciones porque también van a sufrir en su salud. Inclusive ahora este padecimiento podría presentarse a edades más tempranas y generar una disminución en la calidad de vida.
Panorama actual en México y el resto del mundo
Tan solo al hablar de nuestro país ya se trata de un problema de salud pública. A la fecha se estima que uno de cada cuatro mexicanos de más de 20 años tiene hipertensión arterial. Mientras que uno de los inconvenientes es que de ellos al menos la mitad desconoce su condición. La mala costumbre de no acudir a consultas médicas de forma periódica también es un malestar que se debe combatir.
Mientras que de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuando el padecimiento no está diagnosticado o el paciente no lo controla puede derivar en el desarrollo de más de 30 enfermedades cardiovasculares distintas. Algunas de las principales son infartos, insuficiencia cardíaca y derrames cerebrales. Aunque al final cualquiera puede llegar a ocasionar la muerte.
En tanto que a nivel global el panorama no es muy distinto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que más de mil millones de personas tienen hipertensión arterial. Eso implica que entre el 30 y 45 por ciento de los adultos la padecen. Mientras que ya se ha convertido en la principal causa de muerte prematura en el planeta. Tan solo en 2015 provoco alrededor de 10 millones de fallecimientos.
Como ya se mencionó, el actual estilo de vida favorece su aparición. Lo mismo ocurre con adicciones como el tabaquismo y alcoholismo. Pero ahora un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Hokkaido de Japón ha señalado un nuevo factor de riesgo.
¿El dinero propicia su desarrollo?
Lo que afirma la investigación es que el nivel económico tiene relación directa con el desarrollo de la hipertensión arterial. Después de analizar a más de cuatro mil trabajadores lo que se obtuvo es que los que contaban con ingresos altos tenían hasta el doble de probabilidades de desarrollar este padecimiento en comparación con el resto.
La investigación hace énfasis en que los resultados son independientes de la edad, lugar de trabajo y ocupación de cada persona. Mientras que ahora la mayor interrogante es el motivo de esta relación. Hasta ahora no se ha podido explicar a qué se debe la asociación. En tanto que también se ha criticado que el tamaño de la población analizada fue muy pequeño y por lo tanto no se pueden sacar conclusiones definitivas.