Como buen médico, seguramente te esfuerzas todos los días por mantener una cartera grande pacientes y brindarles la mejor atención basada en el profesionalismo. Sin embargo, en ocasiones te puedes ver en la necesidad de terminar la relación médico-paciente.
Las causas pueden ser diversas, pero a continuación te presentamos las más comunes:
Falta de apego al tratamiento
- Una de las causas por las cuales pudieras romper la relación médico-paciente es cuando éste no sigue las instrucciones que le das, y no quiere o no puede apegarse al tratamiento, lo cual pudiera ser desesperante para muchos profesionales de la salud.
Falta de seguimiento
- Cuando el paciente cancela con frecuencia las consultas que ya tenía agendadas, o cuando no se presenta a ellas sin avisarte.
No se apega a las políticas del consultorio
- Suele pasar que algunos pacientes llaman los fines de semana a los médicos para solicitar una prescripción a pesar de que las reglas del consultorio dicten que sólo se otorgará un número limitado de prescripciones entre cada visita.
Agresión verbal
- Ocurre cuando el paciente o un familiar de éste se expresa de manera ofensiva contra el personal del consultorio, o cuando su comportamiento es violento y realiza amenazas de daño físico perjudicando la convivencia en el consultorio.
Falta de pago
- Otra causa común es cuando el paciente tiene una historia de deudas y no realiza ningún esfuerzo para acercarse al médico para negociar un plan de pagos.
Recuerda que si debes terminar la relación médico-paciente por cualquiera de las razones expuestas sin que esto represente un riesgo grave para ti, no olvides formalizar esta ruptura con ayuda de un escrito notificando al paciente que debe buscar otro profesional de la salud. Este documento lo puedes entregar en persona o enviarlo por correo certificado con acuse de recepción, mismo que deberás añadir al expediente clínico del paciente.
Imagen: Bigstock