A punto de cumplirse diez meses desde la detección de los primeros casos de Covid-19, el panorama no luce halagador. Durante los últimos días la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reportado nuevos récords diarios al presentarse más de 300 mil en una jornada. Inclusive naciones como Estados Unidos, España e Italia han regresado a los momentos que vivieron en mayo cuando se dio el punto máximo de la pandemia. Pero ahora el inconveniente es que México se encuentra en riesgo de vivir algo similar.
Covid-19 + influenza = más trabajo para los médicos
Aunque el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ha señalado que existen signos claros de un posible rebrote, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que la situación está controlada. Inclusive ha sido claro en declarar que no se tiene previsto cambiar de estrategia porque la implementada hasta el momento ha funcionado. En su opinión, pese al ligero aumento de nuevos casos, el número de muertos va en disminución.
La realidad es que la llegada de la temporada de influenza implica un nuevo reto y se prevé que las consultas en hospitales aumenten. Al ocurrir, existe el riesgo inminente de saturación en las unidades de salud. De tal forma, el personal sanitario del país debe prepararse para meses complicados con una intensa carga de trabajo.
Ahora bien, una de las consecuencias de la pandemia ha sido el cansancio y fatiga que ha provocado en todos los trabajadores. Con nunca visto en las últimas décadas, el aumento de pacientes impactó en la calidad de vida de todas las personas encargadas de su atención.
Falta personal en los hospitales
Sumado a lo anterior se debe recordar que México recibió esta crisis sanitaria con un déficit de más de 200 mil médicos. Y además se debe tomar en cuenta que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) han perdido a casi la mitad de sus empleados porque pertenecen a grupos vulnerables.
Con esto en mente, todos los médicos, enfermeras, camilleros y demás trabajadores de la salud ya se encuentran agotados por todo el esfuerzo que han tenido que hacer durante los últimos meses. Pero ahora se prevé regresar a los niveles más intensos de la pandemia durante la segunda ola de contagios.
Si dentro de la profesión es habitual que el personal sanitario sufra del Síndrome de Burnout, ahora lo será todavía más. Aunque el cansancio extremo es contraproducente de distintas manera. Por una parte, la salud física y mental se ve disminuida, pero además aumenta la probabilidades de cometer equivocaciones.
A su vez, se debe recordar que hasta el momento suman 130 mil 950 infectados entre el personal médico de nuestro país. Mientras que los fallecidos ascienden a mil 790. Pero ante la segunda ola de Covid-19 se teme que la cifra siga en aumento.
Son muchos los aspectos que se deben tomar en cuenta pero aunque la pandemia afecta por igual a todos, los trabajadores de la salud han sido de los más dañados. Aunque las siguientes semanas serán las más complicadas ante el inminente riesgo de una segunda ola de casos que inclusive puede ser más mortal que la primera.