Cuando hablamos de manipulación genética las cosas se tornan un tanto complicadas, especialmente cuando dicha manipulación conlleva la combinación de material genético humano y material genético animal. A pesar de ello el National Institute of Health de los Estados Unidos se encuentra considerando permitir el financiamiento de este tipo de investigación con fondos federales.
Aunque originalmente el NIH impuso un veto al financiamiento de este tipo de investigaciones debido a los problemas éticos implícitos, ahora se encuentra promoviendo una nueva política que permitiría a los científicos obtener fondos federales para este tipo de investigación, aunque con una cuidadosa serie de condiciones de monitoreo.
Entre las implicaciones éticas que preocupaban originalmente al NIH se encuentra la creación de animales con cerebros parcialmente humanos, situación que podría derivar en algún tipo de conciencia humana o capacidad de raciocinio. Otro más giraba en torno a la creación de animales que poseyeran espermatozoides u óvulos humanos capaces de crear fetos humanos dentro de animales o incluso algún híbrido.
Sin embargo, al final todo parece indicar que el conocimiento médico se ha impuesto a todas estas preocupaciones, pues los científicos serían capaces de evitar este tipo de situaciones, mientras que el conocimiento recabado a través de este tipo de experimentos ayudaría a encontrar nuevas respuestas a problemas humanos.
Según argumentan los científicos en favor de este tipo de experimentos, a través de ellos se podrían encontrar nuevas alternativas de tratamiento para diversas enfermedades, además de que el crecer ciertos órganos humanos dentro de animales como ovejas, cerdos o vacas reduciría considerablemente las listas de espera de donación de órganos en todo el planeta.
Incluso enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson podrían ser estudiadas de una nueva manera insertando tejido cerebral humano dentro de algún animal.
Evidentemente la nueva política también contendría ciertas restricciones, como insertar células humanas en embriones de primates no humanos, como los simios y los chimpancés, en cualquier etapa de su desarrollo a pesar de ser los animales más cercanos a nosotros, o quizás por esta misma razón.
De momento el público en general tiene 30 días para emitir sus comentarios respecto de esta nueva política, que podría ver a la NIH otorgando fondos para este tipo de proyectos a comienzos del próximo año.
Sin lugar a dudas un tema bastante denso en el que todos tenemos una opinión. Cuál es la tuya, ¿debe el hombre jugar a ser Dios en aras de la ciencia y por el bien común?