Si levantarte para dirigirte al trabajo te representa un esfuerzo sobrehumano, es posible que has llegado al punto de sentirte “quemado”. Así lo confirmó un estudio publicado por el Melbourne Institute Worker Paper, que afirma que trabajar 25 horas a la semana (3 días) podría ser lo más conveniente para nuestra salud.
Según los investigadores australianos, la sobrecarga laboral (55 horas en promedio) conlleva a niveles muy altos de estrés y fatiga, aspecto que a su vez desemboca en la lentitud de las capacidades neuronales y funciones cognitivas.
De acuerdo con el estudio que incluyó a 3 mil mujeres y 3 mil hombres, quienes redujeron su jornada a 25 horas por cada 7 días, lograron mejorar su rendimiento cognitivo: memoria, razonamiento ejecutivo y conocimiento específico.
¿Qué hacer si no puedes trabajar 25 horas a la semana?
Sabemos que los profesionales de la salud difícilmente podrían trabajar 25 horas a la semana; sin embargo, el estudio también encontró que trabajar 40 horas a la semana hace menos daño que simplemente no trabajar.
- El trabajo puede ser un arma de doble filo, ya que ayuda a estimular la actividad cerebral, pero el exceso puede ocasiona síndrome de burnout.
Bajo este contexto, un estudio realizado en Estados Unidos llamado Depression and suicide, menciona que cada año se suicidan aproximadamente 400 médicos por problemas de salud mental, casi todos derivados por las excesivas cargas de trabajo.