En años recientes, el término bullying ha cobrado relevancia y ha sido objeto de múltiples análisis acerca de su origen y consecuencias. Uno de los más recientes, afirma que cuando este tipo de violencia se presenta en niños, aumenta su riesgo de salud en la edad adulta, tanto para las víctimas como para los acosadores.
El trabajo, publicado en la revista Psychological Science, analizó a más de 300 hombres, desde que tenían 6 años hasta que cumplieron 30.
El resultado mostró que las personas que en su niñez eran agresores, en su edad adulta son más propensos a fumar tabaco o marihuana; por otra parte, las personas que en su etapa infantil eran las víctimas o sufrían de violencia escolar, durante su adultez son más propensas a desarrollar problemas de salud, sobre todo cardiovasculares.
Mientras muchas de las investigaciones previas se habían preocupado en abordar el tema del bullying sólo desde el punto de vista psicológico, la novedad de este nuevo trabajo es que también toca el tema de la salud física.
Nuestra investigación sobre el bullying inició como un análisis sobre su influencia en la salud mental, pero también queríamos examinar el impacto potencial que podía tener en la salud física”, explicó Karen Matthews, investigadora de la Universidad de Pittsburgh y una de las autoras del trabajo.
De acuerdo con estadísticas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en México alrededor de 18 millones de personas han sufrido bullying, lo que sitúa a nuestro país en el primer lugar de este rubro de las 34 naciones que conforman a la organización.