En días pasados el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que durante su gobierno no se ha despedido a profesionales de la salud. Desde entonces la declaración ha provocado diversas opiniones acerca de la veracidad de los hechos. Mientras el gobierno afirma que sólo se ha recortado a personal administrativo, otros señalan que varios miles de médicos y enfermeras han perdido sus trabajos.
Acerca de este tema, el sitio Animal Político publicó una investigación para determinar la realidad de las cosas. Lo que se apreció es que la declaración del mandatario es bastante engañosa. La realidad es que sí se han presentado despidos de médicos y enfermeras durante los últimos meses. Lo que sucede es que se trata de personal eventual, los que no cuentan con contratos de trabajo ni son sindicalizados.
Algunos hospitales llevan años sin abrir nuevas plazas y cada año contratan personal eventual para cubrir suplencias, guardias y completar sus necesidades de operación y atención a pacientes. Es ahí donde el gobierno actual ha metido la tijera para cortar ese tipo de trabajadores, y que ya no haya contratos eventuales, lo que en la práctica sí ha significado una reducción de personal médico.
Recorte de personal médico
A su vez, esta situación ha sido generada por la disminución para el presupuesto 2019 en el rubro sanitario. En algunos Institutos de Salud se presentó un recorte de hasta el 85 por ciento en el tema de compensaciones por servicios eventuales. La consecuencia directa es que se ha tenido que recortar a personal que laboraba bajo esta modalidad.
Por su parte, Marco Antonio García Ayala, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), habló sobre el tema. Comentó que hay al menos siete mil empleados del sector salud han sido despedidos porque formaban parte del programa Prospera.
De esta forma, lo que se concluye es que la afirmación inicial de López Obrador es engañosa porque sí se han presentado despidos de médicos y enfermeras durante el actual sexenio. Al finalizar, las acciones contradicen las aspiraciones de alcanzar un sistema de salud al estilo nórdico dentro de tres años.