El derecho médico es una disciplina que atraviesa transversalmente muchas de las áreas tradicionales del derecho. Para defender no sólo a los médicos, sino al personal de salud, se requiere un equipo jurídico que conozca de derecho civil, penal, laboral, administrativo y responsabilidad de los servidores públicos.
Los médicos no sólo están en la mira de la autoridad fiscal, también de las autoridades administrativas y de la ciudadanía que cada vez les exige estándares más altos de atención. Para las personas que estudiamos derecho médico en ocasiones es complicado atender las necesidades del personal de salud. Más allá de las demandas por responsabilidad civil y las visitas de COFEPRIS tenemos una serie de problemas que son muy delicados y difíciles de resolver: los abusos dentro de las jerarquías, las costumbres hospitalarias que son contrarias a la ley, los abusos laborales y sexuales, las simulaciones contractuales. Desde mi punto de vista ganar una demanda o poner una denuncia no es la solución ideal, deberíamos de tener una cultura de respeto a los derechos del personal de salud. Cada vez que tenemos que denunciar un abuso estamos actuando tarde, lo ideal sería que no sucedieran.
Por una parte tenemos autoridades que no dejan de mirar a los médicos y, por otra, tenemos autoridades que los ignoran; cuando se trata de temas fiscales o de verificaciones administrativas las autoridades están muy próximas a los médicos. Cuando se trata de denunciar abusos, malos tratos o simulaciones laborales las autoridades son lejanas e indiferentes.
Cuando se presentan casos de acoso laboral o sexual, despidos injustificados, problemas laborales o abuso de las autoridades es difícil no sólo que nos escuchen sino lograr que se haga justicia. En muchas ocasiones nos encontramos que los Órganos Internos de Control están por completo del lado de las autoridades que se suponen deberían de vigilar.
Desde mi perspectiva, las autoridades voltean a ver al gremio médico cuando necesitan que cumplamos con nuestras obligaciones, pero nos ignoran cuando se trata de reconocer o hacer valer nuestros derechos.
La defensa individual de los médicos es complicada: las vías son lentas, las autoridades indiferentes e incluso omisas y los litigios son caros y estresantes; es por eso que es necesaria la unión dentro del gremio. Siempre es más fácil luchar por cien médicos al mismo tiempo que llevar cien casos diferentes y tratarlos uno por uno. Por desgracia, los casos que avanzan, son aquellos que se vuelven mediáticos, de otra manera, nos encontramos con una indiferencia pasmosa.
Para facilitar la defensa del gremio médico necesitamos conocer nuestros derechos, las maneras de hacerlos valer y tener la valentía de unirnos y levantar la voz. Nuestros derechos ya se encuentran reconocidos en la ley, sólo nos falta pedir que se cumplan y dejen de ser letra muerta. Yo estoy convencido de que las cosas pueden ser diferentes y cada vez somos más los que estamos luchando por el cambio.
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