Errores médicos: Consejos para evitarlos

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Los errores médico son cualquier falla ocurrida durante la atención de salud que haya causado algún tipo de daño al paciente, que puede involucrar a otros profesionales implicados en la atención de los pacientes, en el que no existe mala fe, ni necesariamente se pone de manifiesto una impericia, imprudencia o negligencia que implique responsabilidad moral y legal.[1]

Los errores médicos afectan al 10 por ciento de los pacientes en todo el mundo, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). El buen profesional debe poseer la facultad de mostrar capacidades ante las dificultades y sobre todo frente a la corrección de errores, basándose en la observación y análisis de las inconformidades, desviaciones y necesidades que surgen de la experiencia.

Los errores médicos se ven más comúnmente reflejados en la falta de experiencia de los médicos y enfermeras asociados a nuevos procedimientos, son el resultado de sistemas defectuosos y procesos mal diseñados frente a prácticas deficientes o médicos incompetentes.  Para evitar este inconveniente se debe tener conocimientos médicos vigentes, habilidades requeridas, experiencia y actitud apropiada. Para garantizar un proceso de forma correcta, es necesario tener competencia y acreditación profesional, congruente con el cargo ejercido y certificación vigente de la especialidad que se vaya a desempeñar.  Además, se debe desarrollar experiencia, a través de la práctica cotidiana, que le permitirán desarrollar un mejor criterio y mayor habilidad, para resolver problemas e imprevistos.

Atención compleja o urgente, puede ocurrir la situación de que un padecimiento no pueda ser controlado mediante el tratamiento planeado, en cuyo caso únicamente se puede ofrecer al paciente, la mejoría, casi siempre transitoria.

La mala comunicación (ya sea en el propio idioma o, como puede ser el caso de los turistas médicos, en otro idioma), establecer una relación y una comunicación abierta y cordial entre el médico, el paciente y sus familiares, con pleno respeto de los derechos humanos y los principios éticos de la práctica médica. Importante que el médico hable el idioma y terminología adecuada con su paciente y sobre todo ser honesto en todas las referencias del diálogo.

La documentación incorrecta, la letra ilegible, los errores ortográficos, la proporción inadecuada de los medicamentos o con nombres similares, contribuyen al problema. Cada doctor debe tomarse el tiempo suficiente para escribir de manera clara y unívoca, en lo posible hacer uso de la computadora para transcribir indicaciones, recetas, sugerencias.

Las acciones del paciente también pueden contribuir significativamente a errores médicos. El no seguir las indicaciones, el no cumplir tratamientos, el incumplir citas, son referencias interferentes en errores de la salud.  Esto se puede corregir a través de un diálogo de confianza paciente-médico que proporcione información verídica que colabore en el tratamiento, donde se logre conocer el estado físico y psicológico del paciente, para tener en cuenta la capacidad de respuesta al tratamiento, su resistencia a la agresión que representa la enfermedad y su capacidad inmunológica. [2]

En la práctica médica, cuando las decisiones están sujetas a la aplicación del criterio de los médicos, sustentado con base en sus conocimientos, habilidades y experiencia, existe la posibilidad de incurrir en riesgo de errores y estos se materializan en daño para el paciente. Cada persona que va a consulta, cree en el concepto dado por el profesional de salud, sencillamente porque éste posee la competencia profesional, la ética, la experiencia y las evidencias disponibles.

[1] (BN, 2005)

[2] (otros, 2012)  

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