Durante los últimos años los tumores se han posicionado dentro de las primeras causas de muerte en nuestro país. En parte se debe al aumento en la esperanza de vida pero también por el actual estilo que mantiene gran parte de la población. Mientras que dentro de la amplia variedad de afecciones que existen el cáncer de pulmón es uno de los más peligrosos por su alta mortalidad. A pesar de las diversas estrategias que se han implementado su incidencia se mantiene e inclusive se ha incrementado.
La situación es crítica y para conocer más a fondo el panorama en Saludiario tuvimos la oportunidad de entrevistar al Dr. Oscar Gerardo Arrieta Rodríguez. Es un médico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con especialidad de Medicina Interna y Oncología Médica en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMNSZ). Actualmente es coordinador de la Unidad Funcional de Oncología Torácica y Jefe del Laboratorio de Medicina Personalizada del Instituto Nacional de Cancerología de México (INCan).
Se trata de uno de los mayores expertos en el tema en nuestro país y nos comentó cómo se encuentra el avance con respecto a esta enfermedad. Además también ofrece algunos consejos para sus colegas con la intensión de obtener diagnósticos certeros y oportunos cuando se trate de este tipo de tumor.
¿Cuál es el panorama actual del cáncer de pulmón en México?
Para contextualizar, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de pulmón es el segundo más frecuente, solo después del cáncer de mama. Representa un 11.4% de la incidencia total de casos nuevos, pero en cuanto a mortalidad es el más letal correspondiendo al 18% del total de muertes. Es decir, que 1 de cada 5 muertes por cáncer es provocado por cáncer de pulmón.
En México, los datos de GLOBOCAN 2020 nos hablan de 6,678 muertes. Sin embargo, es posible que las cifras estén subestimadas, ya que muchos pacientes fallecen con otros diagnósticos como neumonía, tuberculosis o ni siquiera llegan a ser diagnosticados. En otras estimaciones, los datos podrían oscilar entre 8,000 y 12,000 casos de muertes por cáncer de pulmón, lo anterior debido a que la mayoría de los pacientes son diagnosticados en una etapa metastásica.
Lamentablemente en México se tiene diagnosticado solo al 1% de los pacientes con una etapa temprana, a diferencia de otros países como Reino Unido (22%), Japón (40 %) y Brasil (15%). El problema de detección tardía se debe a la biología del tumor, a la falta de rapidez en la canalización de los pacientes y a una falta del tamizaje del screening, mismo que ya existe en otros países para detectar el cáncer de pulmón.
¿Durante los últimos años han existido avances, estancamiento o retrocesos?
En México tenemos muchas áreas de oportunidad en cuanto a la detección y canalización, es por eso que el 90% de los pacientes con cáncer de pulmón a la larga están falleciendo.
Definitivamente, necesitamos un modelo de referencia mucho más alto y es por eso que estamos trabajando un “código cáncer” similar al famoso “código infarto”, donde los pacientes que tengan sospechas de cáncer entren rápidamente a un sistema de referencia para poder tener un diagnóstico y tratamiento dentro de las primeras cuatro semanas.
Otra área de oportunidad es la falta del tamizaje; no existe un programa de realización de tomografías, mientras que en otros países sí. Para dar un ejemplo de la importancia de esto, los pacientes de alto riesgo con tabaquismo requieren más de 320 tomografías para poder salvarles la vida. Es por eso que los programas médicos y las acciones gubernamentales deben estar en función de estrategias de prevención primaria y secundaria que contemplen esto.
La buena noticia en cuanto a avances es que actualmente se han desarrollado tratamientos muy efectivos que mejoran la expectativa de sobrevida, la calidad de vida e inclusive aumentan la posibilidad de una curación. Especialmente cuando se aplican en una etapa 1 y 2, aumentando entre 50% y 70% los niveles de sobrevida y elevando considerablemente las probabilidades de sobrevivir y controlar la neoplasia, además de que los costos de tratamiento en estas etapas son 10 veces menores en comparación a los de las etapas avanzadas.
¿La pandemia ha provocado daños en la atención a pacientes con cáncer de pulmón en México como retraso o cancelación en los tratamientos?
Efectivamente, un gran problema que ha dejado esta pandemia es el retraso en el diagnóstico de los pacientes. Esto no es exclusivo de México, ya que muchos países vieron cómo el diagnóstico de cáncer disminuía durante los meses de la pandemia.
Además, muchos pacientes dejaron de recibir tratamientos, ya sea por el miedo al contagio o porque los hospitales donde estaban siendo tratados priorizaron la emergencia contra la COVID-19.
¿Las estrategias como el aumento al precio de las cajetillas de cigarros y colocar imágenes explícitas en los empaques han provocado una disminución en su consumo?
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en los últimos años se ha registrado una disminución considerable en la tendencia de prevalencia de consumo de tabaco diario a nivel poblacional, pasando de 24% (2002) a un 11.9% (2016). Sin embargo, la tendencia de consumo ocasional ha aumentado de 12.3% (2002) a 18.4% (2016), datos que son alarmantes, especialmente si se considera que en México existen 16 millones de fumadores (activos y ocasionales).
En ese sentido, no podría decirse que las medidas han sido completamente efectivas, pero sin duda han logrado impactar significativamente como barreras de consumo.
Ejemplos de ello es que en los estados donde se han implementado regulaciones donde se garantizan espacios 100% libres de humo se han reducido las emisiones de humo de segunda mano.
Recientemente con el último aumento al IEPS y con la crisis sanitaria de la COVID-19, la venta de cigarros vio una fuerte disminución en sus ventas cayeron un 17% entre abril del 2020 y 2021, porcentaje que representa 424 millones de cajetillas que no se consumieron en México . Es por eso que estamos ante una oportunidad histórica para reforzar las estrategias médicas e institucionales para reducir el consumo de manera significativa.
¿Qué otras acciones se deben realizar en México para lograr una disminución en la incidencia del cáncer de pulmón?
Por una parte, se tiene contemplado seguir el plan mundial de la OMS cuya meta está fijada para 2025 e incluye una reforma integral a la ley general para el control del tabaco para reducir la prevalencia del tabaquismo en México de 17.9% a 11.5%. Los puntos centrales son ambientes 100% libres de humo, prohibición total de toda publicidad, promoción o patrocinio del tabaco, empaquetado neutro y prohibición de saborizantes y aditivos. Elementos que definitivamente pueden influir en la reducción del consumo.
Asimismo, en el caso de padecer tabaquismo y querer dejar de fumar, lo mejor siempre es dirigirse con un especialista médico para realizar los estudios pertinentes y determinar la acción más favorable para dejar el tabaco. Cambiar el cigarro normal por uno electrónico no es nada recomendable ya que los saborizantes y químicos son igual de adictivos o dañinos.
¿En qué consiste el trabajo que realiza el Laboratorio de Oncología Experimental del Instituto Nacional de Cancerología de México?
El INCM funciona como un organismo descentralizado de tercer nivel, dependiente de la Secretaría de Salud que se centra en la alta especialización médica de enfermos oncológicos siendo el órgano rector de la investigación del cáncer en México, a través de un enfoque multidisciplinario en procesos de diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y seguimiento. En el laboratorio de oncología experimental nosotros nos abocamos al estudio de las células cancerígenas en el sistema inmune, evaluando su comportamiento y sus mutaciones, todo con el fin de generar saberes teóricos y prácticos que contribuyan al desarrollo de guías de tratamiento e inmunoterapias eficaces.
¿Se han hecho innovaciones recientes para combatir el cáncer de pulmón?
Sí, todo esto es resultado de un importante esfuerzo de la comunidad médica y científica, ya que en el último año se han actualizado 17 veces en tamaño las guías de tratamiento estándar de los pacientes. Este avance científico es muy importante particularmente en cáncer de pulmón, donde ahora se cuenta con diferentes tipos de biomarcadores. También se cuenta con más de 12 blancos terapéuticos con los que se puede detectar mutaciones en los pacientes y hacer una medicina personalizada.
De tal manera que existe la tecnología para detectar a través del análisis del DNA el origen del tumor en la sangre y así seleccionar en los pacientes el mejor tratamiento de acuerdo a sus características. Esto representa un dramático salto en la sobrevida de 8-10 meses a una extensión de más de 80 meses.
En ese sentido, Pfizer ha lanzado la campaña Cita Contra el Cáncer, una iniciativa que surge a raíz de la pandemia por Covid-19 y que tiene la finalidad de crear conciencia sobre la importancia del diagnóstico oportuno y seguimiento a las consultas médicas a pesar de la situación actual.
¿Qué consejo le daría a sus colegas y en especial a los médicos de primer contacto para lograr una detección oportuna del cáncer de pulmón?
Las recomendaciones para el personal de salud siempre son realizar un historial clínico del paciente para identificar antecedentes familiares, hábitos de consumo, síntomas y exposiciones riesgosas a humos, contaminación o gases. Ante cualquier indicio siempre es necesario realizar la canalización oportuna para que un especialista solicite estudios por imágenes, los cuales se deben hacer de manera periódica, especialmente si la persona está expuesta a varios elementos de riesgo.
En cuanto a la detección, se pueden realizar radiografías de tórax, resonancia magnética, gammagrafía ósea y tomografías computarizadas y/o por emisión de positrones, con la finalidad de encontrar signos de daño, áreas sospechosas o saber si ya se está propagando el cáncer y a qué zonas.
Por ello, nos gustaría continuar impulsando la campaña Cita Contra el Cáncer para para crear conciencia sobre la importancia de dar continuidad a los tratamientos, así como de no olvidar la relevancia del diagnóstico temprano durante el contexto de la pandemia a través de los médicos tratantes.