En la actualidad el cáncer infantil representa entre el 5 y el 7 por ciento de todos los cánceres que se presentan en nuestro país, aunque lo más preocupante es que en años recientes se ha observado una incidencia a la alza y además, la mayoría de los pacientes son atendidos cuando la neoplasia se encuentra en un estado avanzado, lo que dificulta el tratamiento y salvación de los niños.
Al respecto, la Dra. Marta Zapata Tarrés, quien se desempeña como oncóloga pediatra en el Hospital Ángeles del Pedregal, afirma que de la misma forma en que son importantes los tratamientos y los medicamentos para la curación de una enfermedad mortal como el cáncer, en el caso especial de los niños se debe acompañar cada terapia de un trato empático por parte del médico a cargo porque la parte emotiva desempeña un factor muy importante.
Los médicos debemos recordar que estamos tratando con niños que no tienen idea de la magnitud de la enfermedad que padecen, por eso es muy importante brindarles un trato humanitario porque eso ayuda a reforzar los fármacos administrados y así logramos enfocarnos en una parte que en ocasiones se nos olvida a los oncólogos: la humana.
De igual forma, la especialista considera que el cáncer infantil no sólo afecta al niño sino a sus padres y su entorno cercano, por lo cual es importante ofrecer terapias grupales porque los familiares también son parte indispensable para que un caso sea exitoso.
Es por lo anterior que un paciente con cáncer infantil no sólo requiere de un oncólogo pediatra sino de todo un equipo multidisciplinario conformado por ortopedistas oncólogos, patólogos, radiólogos, psicólogos y nutriólogos para tener mayores probabilidades de vencer a la enfermedad y evitar cualquier tipo de secuela porque de acuerdo con la Secretaría de Salud (SSa), aunque el 56 por ciento de los pacientes infantiles logran vencer al tumor en México, presentan daños secundarios durante el resto de sus vidas.