Con base en la Organización de la Salud (OMS), el cáncer provocó 9.6 millones de muertes durante el 2018. La cifra muestra una tendencia a la alza, pero mientras algunos tipos de tumores reciben mayor atención, otros tienen muy poca difusión. Por lo anterior, la población en general puede llegar a padecer de un problema grave de salud y nunca percatarse.
En ese sentido, dentro de los tumores de los que menos se habla se encuentra el mieloma múltiple. Si bien, tiene una tasa de incidencia y mortalidad baja en comparación otros, eso no implica que no sea peligroso. Al respecto, el equipo editorial de Saludiario tuvo la oportunidad de entrevistar al Dr. Luis Antonio Meillón García, quien se desempeña como vicepresidente de la Asociación Mexicana para el Estudio de la Hematología.
Lo primero que menciona el especialista es que los casos de mieloma múltiple apenas representan el uno por ciento de los tumores malignos que se diagnostican en todo el mundo. Pero la situación cambia drásticamente cuando se trata de cánceres hematológicos porque se ubica entre el 10 y 15 por ciento de los casos.
El mayor inconveniente del mieloma múltiple es que sus síntomas son bastante generales. Entre los principales están el cansancio, dolor óseo, estreñimiento y pérdida de apetito. Por lo mismo, muchas personas consideran que se trata de otro problema y se automedican o simplemente no acuden con un médico.
Detecciones tardías
Derivado de lo que comenta el Dr. Meillón García es que el 80 por ciento de los casos en México se identifican cuando están en etapa III. A su vez, también es importante señalan que la mayoría de las ocasiones suelen aparecer en pacientes de la tercera edad.
Por otra parte, un aspecto positivo es que el apoyo de la tecnología ha permitido desarrollar medicamentos de nueva generación. Gracias a ellos se ha logrado una disminución de daños y una menor afectación en la calidad de vida.
Los nuevos medicamentos generan efectos positivos y una mejor esperanza de vida para los pacientes, cuyo promedio anterior era de 2 a 3 años y actualmente es de 7 a 10 años, siempre y cuando el paciente sea tratado con los medicamentos de última generación complementado con trasplante autólogo de células hematopoyéticas.
Finalmente, al igual que ocurre con otro tipo de tumores, la parte más importante radica en las revisiones médicas periódicas. Se trata de la forma más sencilla para identificar los problemas desde sus primeras etapas y así aumentar las probabilidades de éxito.