La globalización del siglo XXI trajo consigo nuevos retos para la enfermería. Con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación que modificaron e hicieron más compleja la prestación de los servicios de salud. En la actualidad y debido a múltiples causas: las migraciones, los cambios demográficos, la pobreza, el maltrato y el abandono de la población más vulnerable, entre otros, se ha modificado la prestación de los servicios de salud. Los profesionales de enfermería han tenido que desarrollar competencias que promueven la solución de problemas, el autoaprendizaje y el trabajo en equipos interdisciplinarios.
La enfermería comparte la meta común de atender las necesidades de salud de las personas, con un equipo interdisciplinario en el que participan diferentes profesionales, que se caracteriza por la colaboración entre los miembros, el respeto por los diferentes saberes, el reconocimiento del otro, la comunicación abierta que permite tomar decisiones compartidas. Hoy, sería imposible atender las necesidades complejas de salud, sin la ayuda de otros.[1]
El trabajo en equipos interdisciplinarios ofrece oportunidades y a la vez grandes retos para los profesionales de la enfermería, pues exige un conocimiento más estructurado que permite tener claridad acerca de la contribución que debe hacer cada profesional para el cumplimiento de las metas propuestas por el grupo, dada la importancia del cuidado que requiere la práctica de la profesión.
En esta disciplina profesional se encierran valores importantes como el cuidado, la comodidad, el bienestar, la esperanza, la compasión y la espiritualidad, entre otros; al mismo tiempo que se desarrollan los conocimientos y las destrezas propios de la práctica de la profesión.
Es de gran importancia la gestión que desarrolla la enfermería para garantizar, tanto para los pacientes como para su equipo de trabajo, un entorno seguro, basado en la gestión de su conocimiento, habilidades y competencias para el manejo de una enfermedad con limitaciones en la eficacia de su tratamiento y pronóstico.
Los profesionales de enfermería han debido adaptarse y capacitarse continuamente para satisfacer las demandas en diversos tipos de atención: domiciliaria, atención telefónica, hospitalización domiciliaria con control del enfermero a distancias, capacitación a los pacientes, atención temprana ante patologías potenciales. Lo que permite mejorar el sistema actual, simplificando procesos y ampliando su campo de acción.
Los profesionales de enfermería, además de encargarse del cuidado de los pacientes, son los encargados de administrar los recursos existentes en el centro médico, también, son los creadores de las condiciones adecuadas e idóneas de un servicio de calidad.
Para el personal de enfermería, el estrés es una condición a la que deben enfrentarse debido a la presión e incertidumbre, por lo que desarrollan un adecuado manejo emocional que les permite alcanzar los desafíos diarios a los que están expuestos.
La enfermería es una profesión joven que requiere de las herramientas necesarias para seguir con su desarrollo en una sociedad cambiante y dinámica. Que debe hacer frente, como profesión, a los desafíos constantes con claridad y visión de futuro. El reconocimiento social de la enfermería debe traducirse en mejores condiciones laborales, una mejor remuneración, la oportunidad de desarrollar plenamente sus capacidades y conocimientos.
[1] (Martha Raile Alligood)
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