En México la principal causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares, siendo el principal factor de riesgo para su aparición la alta prevalencia de la obesidad y el sobrepeso. Con motivo de la celebración del Día Mundial del Corazón y teniendo en cuenta su cuidado, vale la pena preguntarse, ¿quien tiene mayor responsabilidad: los profesionales médicos o los mismos pacientes?
Según señala en entrevista con Saludiario el Dr. Gerardo Rodríguez Diez, cardiólogo especialista en arritmias y marcapasos del Centro Médico ABC y miembro de la red médica de Top Doctors, en México existen malos hábitos alimenticios y un consumo de refrescos excesivo. Apuntó que la situación de las enfermedades cardiovasculares también empeoró a raíz de la importación de costumbres nutricionales occidentales, en particular de Estados Unidos, que hacen que se cimienten culturalmente estos factores de riesgo.
Somos el primer país con obesidad infantil. Si nosotros estamos criando a estos niños sin bebederos en las escuelas, no se les fomenta el consumo de agua sino que se les incita a comer alimentos chatarra y refrescos […], pues claro que tenemos un problema de enfermedades cardiovasculares. Además, a eso hay que sumarle la prevalencia de triglicéridos y diabetes. […] En eso, hemos fallado.
Por su parte, Luis Rodrigo González Acuara, cardiólogo especialista en cuidados coronario también del Centro Médico ABC, apuntó que estos problemas pueden solucionarse a través de una relación más cercana entre médico y paciente. Igualmente, los profesionales de la salud deben de informarse correctamente sobre las enfermedades cardiovasculares para dar un tratamiento adecuado y dar información correcta a las personas.
Sin embargo, tanto González Acuara como Rodríguez Diez concuerdan en que, si bien el profesional médico es una pieza indispensable para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, no se le puede cargar la responsabilidad completa de la recuperación de los pacientes. Apuntan que estos profesionales hacen una valoración, prescriben terapias y, después, está en manos de las personas seguir las recomendaciones o no.
El médico es una guía para el paciente. Él es quien debe de cuidarse, porque su especialista ya le informó de su enfermedad, sus síntomas y sus factores de riesgo […]. Pero el doctor no puede obligar a las personas a hacer lo que deben hacer […]. También tenemos que poner el ejemplo nosotros, pero llega un punto en donde no podemos ya hacer nada por ellos. Las personas deben de empoderarse en su salud y entender que solo ellas se van a cuidar a sí mismas.