De acuerdo con la Secretaría de Salud (SSa), el 10 por ciento de la población adulta de nuestro país sufre de enfermedad renal crónica, un malestar que afecta directamente en la calidad de vida de las personas y especialmente en las mujeres porque puede llegar a provocar alteraciones en su fertilidad y el funcionamiento hormonal, pero si la mujer se encuentra embarazada, esto puede desembocar en la retención de líquidos con posibilidades de desarrollar preclampsia.
Lo anterior fue afirmado por el Dr. Eduardo González Espinoza, titular de la división de Nefrología y Trasplantes del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, quien añadió que que a causa de estas alteraciones se incrementan los riesgos de sufrir abortos espontáneos.
Una vez trasplantada una mujer, si desea embarazarse debe seguir las indicaciones del médico para prevenir malformaciones en el bebé, toda vez que deben ajustarse en ella los tratamientos inmnosupresores que se suministran para prevenir el rechazo orgánico y que normalmente tienen contenido de ácido mecofenolico.
A causa de esto, el especialista comentó que lo ideal es que las mujeres que han sido trasplantadas esperen por lo menos dos años después de su intervención para intentar embarazarse para evitar poner en peligro su salud.
Por otra parte, de acuerdo con los servicios de salud de nuestro país, lo recomendable es que el médico realice un examen general de orina y sangre a sus pacientes una vez al año para medir la presencia de proteínas en el organismo y de esta forma poder determinar si presenta factores de riesgo de enfermedad renal.