Los dulces en cualquiera de sus presentaciones: postres, zumos, bebidas tanto frías como calientes, pueden ser reconfortantes en situaciones de tristeza o en momentos en los que no van muy bien las cosas, incluso, podemos verlos, también, como una recompensa. Pero, si lo que se busca es adelgazar, reducir el consumo de productos azucarados y sustituirlos por edulcorantes (menos calóricos), se debe saber que estas sustancias son de poca utilidad, cuando la intención es adelgazar, sino que tampoco son inocuas y pueden ser perjudiciales para la salud intestinal.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que, es un error asumir que un alimento es saludable sólo porque no contiene azúcar. Cuando un producto indica que no tiene “azúcar añadido”, implica que contiene edulcorantes en cantidades importantes, pueden ser dañinos para la salud.
Los edulcorantes, tan apetecidos en la actualidad, son sustancias muy poco benéficas para el organismo[1]. Por el contrario, alertan sobre que, tomar edulcorantes puede crear adicción, incrementar el apetito y tienen poca influencia en la disminución del peso corporal, como se pensaba; quienes reducen la ingesta de calorías y las sustituyen aumentando el consumo de edulcorantes, buscan compensarlas con otros alimentos. En otras palabras, toman menos azúcar, pero, tienen más hambre, y, por lo tanto, comen más.
En el mercado hay muchos tipos de edulcorantes con dulzor más intenso en dosis pequeñas, comparado con el azúcar, como el aspartamo, la sucralosa o la sacarina y que los hacen idóneos para endulzar productos comerciales que se ofrecen con la etiqueta de “sin azúcar”. Y otros productos como el sorbitol o el xilitol, que no aportan calorías, pero, tienen un mayor volumen y son apropiados para los productos de confitería en versiones edulcoradas.
Aunque es cierto que los edulcorantes tienen menos calorías que el azúcar, investigaciones demuestran que pueden afectar la microbiota del intestino. Y estas bacterias, son esenciales para la salud y evitan problemas de tránsito intestinal.
El abuso del azúcar supone un riesgo de obesidad y sobrepeso, además de daños fisiológicos, pero los edulcorantes no son la solución, debido al daño que pueden ocasionar al modificar la microbiota intestinal y los efectos tóxicos que puede producir la presencia de algunos edulcorantes en el organismo, como lo demuestran las investigaciones realizadas por la Universidad de Ben-Gurión del Negev y la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur[2].
Los resultados de estos estudios, pueden ayudar en la comprensión de la toxicidad relativa que conllevan los edulcorantes artificiales y los efectos negativos que tienen sobre la microbiota intestinal y la salud. El papel fundamental que tienen las bacterias intestinales en el equilibrio del sistema inmunitario y en la salud intestinal, puede verse afectada por el efecto de los edulcorantes, al impedir que crezcan y se reproducen, provocando intolerancia a la glucosa, un primer paso para la diabetes y la obesidad.
[2] https://israelnoticias.com/tecnologia/israel-singapur-edulcorantes-artificiales/
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