De acuerdo a algunas investigaciones, la capacidad de los organismos para estimar de forma exacta los periodos de tiempo es irregular y depende de las circunstancias.
Los científicos dedicados a este tema señalan la ausencia de un vínculo entre las señales transportadas por las neuronas encargadas de la percepción del tiempo y el cronometrare del organismo.
Pero gracias a un nuevo estudio realizado por el Centro Champalimaud, en Lisboa, Portugal, se logró hacer un seguimiento de la actividad de la dopamina en roedores que realizaron actividades cronometradas con lo cual se pudo identificar las neuronas que regulan la percepción del tiempo.
Según los resultados del trabajo publicado en la revista Science, los ratones fueron entrenados para clasificar dos tonos audibles, con un intervalo entre cada uno de ellos, mas corto o más largo.
“Entrenamos a los ratones para saber si la duración del intervalo entre dos tonos tenía un lapso más corto o más de 1,5 segundos”, dijo Joe Paton, líder de la investigación.
El experto señaló que después de meses de entrenamiento, los roedores consiguieron una excelente habilidad para calcular el intervalo de tiempo colocando su hocico en una u otra respuesta. Explicó que durante las pruebas, el lapso entre los tonos varió. “Si los ratones seleccionaban la opción correcta, es decir, si estimaban el tiempo correctamente, recibían una recompensa”.
Observamos ráfagas de actividad de dopamina en las neuronas de los ratones que se sincronizaron solamente con el segundo ruido, lo que demostró la anticipación de los ratones de una posible recompensa, junto con su sorpresa acerca de la hora de llegada del sonido.
Los investigadores hallaron que la activación transitoria o inhibición de las neuronas generadoras de dopamina era suficiente para disminuir o apresurar la estimulación del tiempo.
Comprobamos que si estimulamos las neuronas, los roedores tendían a subestimar la duración, pero si los silenciábamos, lo sobreestimaban. Por lo tanto, la investigación ha demostrado que la actividad de dichas neuronas es suficiente para alterar la manera en que los animales estimaron el paso del tiempo.
De acuerdo a los científicos, es muy posible que los humanos tengamos un circuito muy parecido en el cerebro. “Existe una situación acerca de los jóvenes que son capaces de hablar toda la noche por teléfono y son incapaces de sentir que pasa el tiempo. Esto podría deberse a que las neuronas de dopamina encogen el tiempo de una forma asombrosa, por lo que es posible que apliquemos este experimento en humanos”, aseguró Joe Paton.