Cada año más gente muere por cáncer de pulmón que por cánceres de colon, mama y próstata combinados, según datos de la American Cancer Society (ACS). En 2018 encabezó las muertes por tumores malignos en México. En este contexto, especialistas coincidieron en la importancia de derribar los mitos alrededor de la enfermedad y tratarla como un problema de salud pública que se debe priorizar y abordar de acuerdo con el tipo y la etapa, sobre todo si se toma en cuenta que 92 por ciento de los casos se diagnostican en fases muy avanzadas.
Es necesario emprender acciones para ayudar a disminuir la tasa de mortalidad, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es estima que entre el 30 y 50 por ciento de los casos de cáncer se pueden evitar. Y, aunque el cáncer de pulmón tiene una relación estrecha con el tabaquismo, existe un alto porcentaje de pacientes con cáncer de pulmón cuya enfermedad no está asociada a esta adicción. Lo anterior fue indicado por el Instituto Nacional de Cancerología (INCan). Tan sólo se estima que el 45 por ciento de los pacientes de cáncer de pulmón nunca ha fumado.
Detección tardía, el reto a vencer
De igual forma, otro giro en el tratamiento es la presencia de una mutación sensible para inhibir al receptor de factor de crecimiento epidérmico (EGFR) a fin de mejorar la calidad de vida del paciente. Respecto a este tratamiento, las alteraciones exitosas oscilan entre el 25 y 30 por ciento de los casos de cáncer de pulmón, cifra que puede incrementar a 38.8 por ciento entre los pacientes cuya enfermedad no está relacionada con el consumo de tabaco como es el caso de las personas expuestas al humo de leña.
En el caso de pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón en Fase III, ya también es posible incrementar su esperanza de vida a través de una nueva inmunoterapia, durvalumab, como tratamiento posterior a la quimio-radioterapia en pacientes que no pueden ser operados, la cual mejorar la supervivencia en comparación con el tratamiento estándar y reduce el riesgo de muerte en un 32 por ciento.
Todo ello reafirma la necesidad de una detección y tratamiento oportuno y adecuado para elevar la posibilidad de recuperación de los pacientes con cáncer de pulmón. De ahí la urgente necesidad de que todos los involucrados en la lucha contra el cáncer trabajen en conjunto para ayudar a reducir los altos índices de mortalidad por cáncer de pulmón en el país. Incrementar la esperanza de vida de los pacientes que ya padecen este terrible mal no es imposible.