De acuerdo con las recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prueba del Virus de Inmunodficiencia Humana (VIH) debería de ser aplicada, al menos, al 95 por ciento de las mujeres embarazadas con el objetivo de garantizar tanto su estado de salud como el de su bebé; sin embargo, datos del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida (Censida), indican que durante 2016 sólo se realizó el examen a un millón 169 mil mujeres en etapa de gestación en nuestro país, lo que significa que sólo la mitad de ellas verificaron si eran portadoras.
Ante tal situación, el organismo nacional ha mostrado su preocupación, pues por una lado muestra que las mujeres embarazadas desconocen esta medida preventiva, y por otro también muestra la falta de preocupación que existe entre los médicos por realizar el examen a sus pacientes.
Al respecto, Patricia Uribe Zúñiga, directora general del Censida, habló sobre la indiferencia que existe entre las mujeres embarazadas por practicarse la prueba de detección del VIH pese a que no sólo está en riesgo su vida, sino también la de sus bebés.
En general, las mujeres embarazadas de nuestro país se sienten ajenas al VIH y piensan que se trata de una población que no se encuentra expuesta a él. Piensan que al quedar embarazadas, automáticamente se elimina el riesgo de contagio de esta enfermedad mortal y la realidad no es así, por lo que no se realizan las pruebas de manera espontánea ni piensan si mantuvieron un acto sexual de riesgo.
Por lo pronto, de acuerdo con el Censida, en los últimos 10 años se han registrado 950 casos de transmisión de VIH por vía perinatal en nuestro país, por lo que hizo el recordatorio a toda la comunidad médica para no olvidar practicar esta prueba.
De manera general, la Secretaría de Salud (SSa) estima que cada día 33 personas adquieren VIH en nuestro país, lo que muestra que pese a los diversos programas informativos se trata de una enfermedad con una fuerte presencia en la actualidad.