Desde diciembre de 2012 las prohibiciones expresas para que personas homosexuales donaran sangre quedaron sin efecto en el país, esto luego de que entrara en vigor la Norma Oficial Mexicana (NOM) 253 para la Disposición de Sangre Humana (NOM-253-SSA1-2012), la cual sustituía a la creada en 1993; no obstante, en la ciudad de Saltillo, en Coahuila, se sigue rechazando a esta parte de la población como donadores de sangre tanto en el ámbito público como en el privado.
Anónimamente, un trabajador del banco de sangre del Hospital General de Saltillo denunció que en algunas ocasiones la sangre de donadores homosexuales, bisexuales y transgénero ha sido desechada porque los directivos preferían no gastar recursos en los estudios previos a los que se someten las donaciones, sin importar que con tal actitud se afecten las reservas del vital líquido.
Al respecto, Carlos Llamas, activista y representante de la comunidad LGBT en Saltillo, comentó que existen denuncias de personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero porque ni siquiera se les permite el acceso a estos espacios tanto públicos como privados debido a su apariencia, y debido a que en algunos casos se les han efectuado pruebas de VIH sin su consentimiento.
El trabajador del banco de sangre aseguró que los pretextos para excluirlos de los procesos de donación son constantes, pues se trata de “órdenes de arriba”, de modo que, por ejemplo, se les dice que no cuentan con el peso necesario o que presentan presión alta.
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