Mucho se habla sobre el sistema inmune, pero, a veces no sabemos cómo cuidarlo para que no entren en nuestro organismo virus y bacterias que pueden enfermarnos. De hecho, es necesario saber que está formado por una amplia red de células, órganos y tejidos; como la piel, las mucosas y los glóbulos blancos; que trabajan incansablemente para proteger toda la extensión del cuerpo humano.
Es así, como encontramos que el sistema inmune produce anticuerpos para enfrentar los antígenos que quieren formar infecciones y enfermedades que debilitan. Por ello, es importante conocer un poco más sobre su importante trabajo. A la vez, que aprendemos que podemos realizar pequeños cambios en nuestra vida para ayudarle. De tal suerte, que logremos que este sano y fuerte en todo momento.
El sistema inmune nos protege
Tanto así, que desde que nacemos ya tenemos un sistema inmune natural, donde algunas células responden ante cualquier agente nocivo. Pero, también vemos que la piel, las mucosas, las lágrimas y el ácido del estómago, están diseñados en forma innata para protegernos. Es aquí, donde la alimentación materna es indispensable para fortalecerlo.
Además, podemos encontrar otros tipos de inmunidad como la activa, dada por las vacunas o pasiva, por medio de productos sanguíneos que tienen anticuerpos. En, pero, precisamente en esta época, nos damos cuenta que pueden llegar diferentes clases de microorganismos dañinos; que sin avisar ponen en riesgo la vida; como el virus del Covid, La influencia, la fiebre amarilla o el dengue. Por tanto, debemos tomar medidas para conservar la salud.
De esta manera, vemos cómo la higiene, es la principal practica para proteger el sistema inmune. De Ahí, que lavar las manos regularmente con agua y jabón; asear el cuerpo; tomar agua potable; mantener las uñas limpias y hacer cambio de ropa con frecuencia, son pequeñas reglas que ayudan a alejar los virus y bacterias. Lo que lleva a disminuir riesgos de contraer infecciones y patologías asociadas.
¿Cómo se afecta?
En realidad, la malnutrición es uno de los mayores riesgos que enfrenta el sistema inmune. Convirtiendo a los sectores de la sociedad más desprotegidos, los de mayor riesgo. De ahí, que la alimentación balanceada rica en nutrientes donde se incluyan frutas verduras, cereales, proteína y lácteos se vuelva un aliado estratégico para mantener a raya las infecciones.
Asimismo, vivir en zonas de alto impacto ambiental, con un sistema sanitario deficiente, condiciones de hacinamiento y poca salubridad, se vuelve un factor de riesgo, especialmente para niños y ancianos. Es aquí, donde los organismos de salud y los entes gubernamentales deben establecer un programa de inclusión social, que brinde recursos necesarios para vivir dignamente.
También, se ha visto que el estrés crónico genera en el organismo desajustes, que repercuten directamente en el sistema inmune. Lo que hace que aumente drásticamente las posibilidades de desarrollar patologías relacionadas con el sistema nervioso. Al tiempo que puede provocar alteraciones cardiacas, gastrointestinales y neuronales de mayor consideración.
En Conclusión
Podemos notar, que el sistema inmune se puede enfermar por factores ambientales como la contaminación, pero también por un mal manejo de las emociones como la que surge tras la ansiedad. Así mismo, la mala higiene, la acumulación de toxinas, la mala alimentación, el sedentarismo, dormir poco y el uso de ciertos medicamentos, pueden dañar nuestro sistema inmune sin apenas darnos cuenta.