El cuerpo humano necesita de nutrientes para poder funcionar correctamente. Es así, como la alimentación y los buenos hábitos de vida ayudan a que se disminuya el riesgo de contraer enfermedades tanto físicas como mentales. Por tanto, el síndrome de malabsorción de los alimentos causa debilidad y dificultades sistémicas en corto tiempo, que hay que atender.
De hecho, la alteración de la hidrolisis intraluminal, la digestión y el transporte linfático de nutrientes, hace que se produzca una disminución de peso inexplicable. Debido a que el intestino delgado pierde la capacidad de retener los micronutrientes, liberándolos a través de las heces. Por tanto, el paciente necesita la intervención médica para llevar a cabo un tratamiento y mejorar la salud.1
El síndrome de malabsorción limita al individuo
En realidad, las proteínas, grasas, carbohidratos y demás micronutrientes pasan al torrente sanguíneo en forma natural. Sin embargo, cuando se presenta algún trastorno; infección, alteración digestiva, cirugía o consumo de algunos medicamentos; se produce una malabsorción de nutrientes. Que alcanza a llevar a afectar los huesos, el hígado, el sistema nervioso y el cerebro.1
De esta misma forma, la disminución de la masa corporal, la distención abdominal y la disentería, pueden comprometer la cantidad de enzimas digestivas que degradan los alimentos. Además, la reducción de bilis, el aumento en el ácido gástrico y el incremento de bacterias dañinas en el microbiota intestinal, pueden catalogarse como causantes directos del síndrome de malabsorción.
También, algunas afectaciones como los trastornos celiacos, la enfermedad de Crohn, factores genéticos y el intestino corto, pueden hacer que las microvellosidades se vean alteradas, perdiendo funcionalidad el intestino. Asimismo, la anemia, la fatiga crónica, la sequedad en la piel y la caída del cabello, acompañan los casos severos del síndrome de malabsorción de nutrí-elementos en el organismo.2
Es así, como uno de los síntomas más destacados de este trastorno metabólico, es el color claro, el olor nauseabundo y la oleosidad marcada de las excreciones. Al mismo tiempo, cuando los azucares no son absorbidos en la forma correcta, se muestra con inflamación abdominal, esteatorrea y flatulencias, que limitan la calidad de vida del individuo.
Deficiencias nutricionales a corto plazo
Entendemos, que le síndrome de malabsorción se produce por la alteración en la capacidad del organismo de contener los nutrientes que llegan por medio de los alimentos. Llevando a generar deficiencia de vitamina b12, disminución en los depósitos de hierro y amenorrea; en las mujeres. Lo que hace que la degradación sistémica progrese, poniendo en riesgo la vida del individuo.2
Por tanto, la ayuda del profesional de la salud se hace necesaria. Especialmente, para establecer un cuadro clínico especifico, apoyado en ayudas diagnosticas como prueba de sangre, endoscopia, coprológico y radiografía de contraste. De tal manera, que se busque un tratamiento con nutrientes de manera intravenosa y medicamentos dirigidos a mejorar la absorción de nutrientes.
Sobre todo, porque el síndrome de malabsorción de micronutrientes, necesita celeridad. Debido a que cuando no se trata lleva a desarrollar tanto en niños como en adultos desnutrición, pérdida de peso, problemas en el desarrollo y osteoporosis, que entorpecen la cotidianidad y el bienestar.
Referencias:
1.Martén Marén Deisy, Ramírez Arias María Caridad. Malabsorción intestinal y malnutrición por defecto. MEDISAN [Internet]. 2012 feb [citado 2021 ago. 04]; 16(2): 228-235. Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-30192012000200011&lng=es.
2.García Luna P. P., López Gallardo G. Evaluación de la absorción y metabolismo intestinal. Nutr. Hosp. [Internet]. 2007 mayo [citado 2021 ago. 05]; 22(Suppl 2): 05-13. Disponible en:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112007000500002&lng=es.