Aunque mucha gente ve en la comunicación un hecho natural, del que no es necesario hablar, lo cierto es que ésta resulta vital en todos las actividades a desempeñar, desde pedir alimentos en un restaurante hasta logra transmitir ideas y plantear tareas a los colaboradores del establecimiento de salud; sin embargo, es esta obstinada postura la que hace que se le considere cuestión obvia, no obstante, ello desemboca en fracasos, pues una idea mal transmitida obliga a cometer errores.
Es en este contexto que la frase “el pez por la boca muere” puede traernos un momento de reflexión y aprendizaje pues, sin duda, hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, sobre todo cuando se es un médico emprendedor que debe dirigir y responder por un equipo de colaboradores, de tal suerte que recomienda evitar frases como:
1. “Así son las cosas”
¿Te imaginas a Barack Obama diciendo en su discurso, “así son las cosas”? Seguramente no, y es que emplear esta frase, o alguna similar, puede reflejar dos ángulos dependiendo del contexto en que se use: el primero es conformismo, y el segundo necedad, pues quien la pronuncia se entrega al vaivén de las circunstancias, o bien, se empecina en seguir con hechos o actitudes, incluso negativas, sin considerar la opinión de quienes le rodean. En cualquier caso, se trata de una postura que en nada beneficia al médico emprendedor frente a sus colaboradores.
2. “No le debo nada a nadie”
Si bien es cierto que el galeno que tiene su propio establecimiento de salud ha logrado esta meta después de largos años de esfuerzo (sumemos los años académicos, de servicio social, internado, trabajo, y de desarrollo y gestión de la idea de negocio), lo cierto es que en esta vida nada se logra en solitario.
Hay maestros que comparten sus conocimientos, familiares y amigos que brindan apoyo emocional, cuando no económico, colegas que proporcionan consejos e, incluso, por qué no mencionarlo, burócratas que llegan a asesorar en el establecimiento del consultorio, clínica u hospital, sólo por mencionar algunos ejemplos, de tal suerte que al pronunciar esta clase de frases lo único se hace es aparecer frente a los colaboradores como una persona carente de humildad, cualidad esencial para mejorar la comunicación entre las personas.
3. “El fracaso no es una opción”
Aunque ninguna establecimiento se abre para ir de fracaso en fracaso, lo cierto es que nadie está exento de cometer errores, ni siquiera el líder del equipo de trabajo o el dueño de la empresa.
Por ello, conviene recordar que antes que prohibir el fracaso, se debe incentivar el compromiso con el puesto de trabajo, abonar a las responsabilidades de cada uno de los colaboradores y confiar en el criterio de las personas para que se sientan proclives no sólo a confiar en ellas mismas, también para que experimenten la necesidad de luchar para no defraudar al que depositó su confianza en ellas.
Cuando el médico prohibe el fracaso se muestra intransigente, poco realista (ya lo dijimos, nadie está exento de equivocarse) y limita el aprendizaje positivo, pues con cada equivocación surge un lección.
Como ves, con frases hechas como ésta el médico emprendedor puede expresar conformismo, necedad, orgullo e intransigencia, elementos efectivos para bloquear los canales de comunicación, no en vano Sigmund Freud dijo que “uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”.
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